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Mostrando entradas de enero, 2017

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Una parte de mí.

Albert y Merce se miraron de la única forma en que ambos sabían hacerlo. -¿Quieres ir por un café? -preguntó él. -Sí, si quiero -sonrió sin ocultar su coquetería. Caminaron por las estrechas banquetas de piedra caliza y se sentaron en la fuente de los querubines un rato. El sol brillaba resplandeciente y se colgaba por en medio de la brisa que soplaba. -Hoy es 4 de diciembre -dijo él y la miró esperando que recordara lo que había pasado en esa fecha. -Vaya, entonces tenemos que celebrar nuestro reencuentro. -Yo también lo creo, ¿han pasado qué, 20 años desde que nos conocimos? -Un poco más. -Ni siquiera recuerdo por qué terminamos. -¡Eres increíble! -sonrió burlona- tú me engañaste con otra, mi mamá te vio cuando la ibas a dejar a la escuela. -¡Te juro que no era yo! -Y sigues insistiendo en lo mismo, al menos reconoce lo que hiciste, ya pasó mucho tiempo como para molestarnos. -Jamás te engañé -hizo una pausa y cambió la conversación- ¿eres feliz? -¿Por qué

Si yo hubiera...

Henry recibió un paquete sin remitente.Lo abrió de inmediato invadido por la curiosidad de saber de qué se trataba. Una pequeña tarjeta con la frase "Si yo hubiera" lo sumió en una profunda meditación.Pensó en ella y el rostro se le iluminó, por un momento olvidó su patética y aburrida vida y se remontó a aquella tarde soleada de diciembre en que la conoció. Tenía 18 años y ella poco menos de 16, Farah representaba lo más hermoso que había conocido en su corta vida. Sus ojos eran los más bellos que él jamás había visto, y ella se encargó de gravarlo en su mente. Farah sonrió y eso significó el comienzo de una historia. Henry le entregó una caja de chocolates, era la primera vez que se veían a pesar de haber sostenido varias conversaciones por teléfono y correos electrónicos. -¡Henry! Gritó Samira rompiendo el encanto que envolvió por unos minutos a Henry. Su esposa llevaba una enorme caja en la mano. -Iré a devolver esto, simplemente no me queda bien. ¿Trabajarás

Más que un error.

Él se levantó violentamente de la mesa, tiró la comida a la basura y empezó a gritar. Ella no esperaba una reacción tan exagerada por una acusacion que ni siquiera tenía fundamentos. Su comida tenía un intenso sabor a mantequilla. -¡sabes que soy alérgico! -no le puse mantequilla. -¡sabe a mantequilla! -pues no le puse. Intentó explicarle que no era cierto pero sus palabras parecieron enfurecerlo cada vez más hasta que  terminó aventando la vajilla contra la pared. -¿cuántas veces te he pedido que no reacciones de ese modo?  -¡te estás burlando de mí! -¿de qué hablas? Ya te dije que no le puse -respondió desconcertada. Él se dio la vuelta sin escuchar explicaciones. Ella se quedó limpiando la cocina. A él no le importaba todo lo que ella hacía por él, si estaba cansada o le dolía algo o simplemente quería sentarse y que alguien le preparará la cena, ella no tenía ese privilegio. Cusndo terminó de limpiar se paró junto a la ventana mirando las estrellas, sabía que él intentaría por todo

El hilo rojo 6

Detestaba el aroma que emanaba de los lirios, me recordaba aquella tarde de Marzo en que él murió, los centenares de flores que custodiaron su féretro y las personas que me miraron secreteándose porque después de tanto sufrir no pude derramar ni una sola lágrima. Él era culpable de su muerte y eso más que tristeza me provocaba enojo, mismo que se intensificaba cada vez que miraba su retrato encima de la chimenea. Axel no era malo, no del todo sin embargo reconozco que él y yo éramos muy diferentes. Él jamás pudo superar el que debido a nosotras su carrera musical se haya truncado, cuando Caroline nació creí que superaría su pasado pero ese fue sólo el comienzo de mi frustración. Las obligaciones que con su nacimiento llegaron simplemente lo amargaron más. En eso se parecía mucho a Craig, él solía ser muy rencoroso aunque siempre lo negaba. De haber seguido a su lado me habría desgastado tratando de hacerlo olvidar, siempre odiaría a John Mercer por todo lo que representaba en s

Estar aquí.

El reloj marcó las 11:59 del último día del año. La vela que estaba sobre la mesa se consumió de la misma manera en que lo hizo la esperanza de Marnie. Derramó un par de lágrimas mismas que secó con brusquedad, se lamentó ser tan crédula.Se levantó de la mesa y tomó su plato hasta aventarlo sobre el fregadero.Se recargó intentando no desfallecer y continuó levantando lo que aún quedaba. Mientras guardaba la cena escuchó la llave girar en la cerradura, Daniel finalmente se había dignado a llegar. "Vaya manera de iniciar el año" <<pensó y sonrió llena de ironía para no llorar>> -¿Sigues despierta? Preguntó con tal desfachatez que la hizo voltear a verlo con los ojos llenos de rencor. -Para que no te enojes -prosiguió- mañana comeremos fuera -dijo y colocó las llaves sobre la mesa-, te estoy complaciendo así que deberías agradecérmelo. Marnie se acercó al fregadero y empezó a lavar los platos  tomando breves bocanadas de aire para no perder los estribos