Irina sabía que era una completa locura haber dejado que Joshep la siguiera. Pero tampoco tenía más remedio. Después de todo, él no parecía un maniático y mucho menos alguien que le diera descon anza salvo el hecho de ser un completo extraño que la seguía insistentemente desde que se habían encontrado. Pero decidió que era tiempo de liberarse de perjuicios. Había que ser precavida, pero no descon ar de todos sin darles una oportunidad. A parte podría ser una de las pocas oportunidades en las cuales conocería a un total extraño, ya que siempre la acompañaba alguien de la familia. -¿Se puede saber qué haces tan tarde en la calle? ¿Sales de la universidad? ¿En dónde estudias? -Muchas preguntas, ¿no crees? Parece que quieres saber mi vida en menos de cinco minutos. -Lo siento, simple curiosidad. No quise sonar entrometido o mal educado. -No, discúlpame tú. Es sólo que no acostumbro hablar con extraños. -Haces bien, eres una niña muy linda....
Autora de libros de romance