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Mostrando entradas de enero, 2022

6 Meses después

  El sol brillaba en el firmamento, el cielo contrastaba con el camino que atravesaba la meseta repleta de dunas terracota. En la cumbre de una montaña se escuchaban las detonaciones, un helicóptero aliado había sido derribado y una espesa cortina de humo se había formado impidiendo se viera el otro lado de la montaña. La mente de Craig se mantenía en constante divagación. Mientras se encontraba bajo los sofocantes rayos del sol pensaba más de cien veces en Anna, en la forma en que su presencia lo llevaba al límite de sus emociones, en la curvatura de sus labios, la cadena de lunares que recorrían su cuello y se perdían en su pecho, el azul profundo de sus ojos.  Enloquecía solo de pensar que Jeffrey la tuviera entre sus brazos. La voz de Anna susurraba en su cabeza su nombre una y otra vez. —¡Doc! —gritó Miles— ¡ey Doc!... Harris! Él volteó y de inmediato se agachó se arrastró por el suelo hasta ocultarse detrás de una roca. El bunker enemigo estaba oculto detrás de una c

Un simple error.

Ashton escuchó que alguien tocaba a su ventana, entonces se levantó de la cama y vio una nota en la ventana, era de Sue, se enfureció. Si sus padres descubrían que ella había a buscarlo aquella noche lo habrían castigado. Tan pronto como oscureció tomó su chamarra y salió de la casa, atravesó el bosque hasta llegar al lago, ahí estaba ella sentada viendo como el agua se deslizaba por encima de las piedras. -Por qué hiciste eso. -Creí que no vendrías. -¡Por qué lo hiciste!, si mis padres te hubieran visto me habrías metido en un gran problema. -Necesitaba hablar contigo. -¿Y no pudiste esperar hasta las 3? -No, de verdad necesitaba verte. Tengo un retraso. -¿Qué? -Tengo un retraso. -Sí, te escuché pero es que no entiendo cómo pudo pasar.  -Qué vamos a hacer. Ashton se sentó a su lado y evitó verla a toda costa, estaba pálido y sin palabras. -No sé, hablaré con mis padres, ellos van a ayudarnos. -No quiero que nadie se entere, quiero decir nadie más que nosotros. Estuve pensando en no te

El hilo rojo: parte 2

  Era sábado por la tarde cuando Costa visitó al doctor Robert Nolan. Había hablado con su secretaria previamente y esta le había dicho en dónde estaría. A pesar de que Robert tenía un suntuoso consultorio en Manhattan, le fascinaba hacer trabajo social.  Los sábados atendía un centro de reintegración social y por las tardes daba terapia a alcohólicos y drogadictos en una capilla no muy lejos de Prospect.  Costa entró a la capilla y se sentó en la parte trasera mientras escuchaba la plática del doctor Nolan. Cuando esta finalizó se puso en pie y se acercó a él. —Lo felicito, nunca había escuchado a nadie hablar con tal elocuencia. —Gracias, perdona no escuché tu nombre -dijo mientras guardaba sus libros. —Edmon Costa. Hablé con su secretaria esta mañana, no sé si le dijo. —Claro, el oficial de Hill Crest. —Me gustaría hacerle un par de preguntas si tiene tiempo. —No veo en qué pueda ayudarlo. —Sé que estuvo en Hill Crest hace unos días, supongo que lo pusieron al tant

La teoría del caos.

— ¿Encontraron algo? — Los perros rastrearon algo en la orilla, encontramos la ropa de Anna pero nada más. La lluvia de anoche dificulta el rastreo. Costa se sintió decepcionado, tampoco él había encontrado a Hammer. Volteó hacia el bosque, pensó que quizás la chica pudo haber huido rumbo a la carretera y que alguien pudo haberla recogido. — Necesito un mapa de, ¡rápido! Uno de los policias que estaban en la patrulla sacó uno de la cajuela y se lo dio. Costa lo extendió sobre el cofre del auto y marcó un círculo en el. — La primera vez que Anna apareció fue en la vieja carretera a Foreside, el auto apareció aquí de modo que venía del sur. Quiero que hagan patrullajes hacia el norte desde esta zona hasta esta, no debe andar muy lejos. — ¿Y si logró llegar a la carretera? — Emitiremos un boletín a los condados que están dentro de la zona marcada. Estoy seguro de que alguien la ha visto. Eran poco más de las 11 de la mañana del martes cuando la puerta del separo se abrió con lentitud, Jam

La ciudad de las tormentas.

Entró corriendo a la casa del lago, se quitó la ropa húmeda. Cortó su cabello con unas tijeras que encontró en la cafetería y  lo tiró dentro del retrete, jaló la cadena y después empinó la cabeza y se vació una botella con peróxido. Se cambió de ropa y secó el piso que estaba mojado para después echar la ropa sucia dentro de una bolsa de plástico y salir de la casa. Desde la orilla vio las luces de las patrullas que habían llegado a la casa de Jeffrey, pronto estarían en la casa de Grace, pensó en volver pero en lugar de eso lanzó la ropa al agua y se internó  cobardemente en el bosque hasta llegar a la carretera. Tuvo suerte de que alguien se detuviera y entonces subió al auto. -¿A dónde vas? -A donde sea. El hombre arrancó sin hacer más preguntas.  Anna se acurrucó junto a la puerta, estaba completamente pálida. Aquella noche salió de Hill Crest con la esperanza de haber enterrado el pasado. -Centro Médico la providencia -dijo la operadora. -Habla el oficial Costa de la comisaría ce

El reencuentro

 Lili se aferró al vidrio del aeropuerto,  conservó hasta el último momento la esperanza de que él volviera y cuando el avión despegó se desplomó en el suelo. Si no hubiera sido tan arrogante, si hubiera tenido otra perspectiva jamás habría dejado que él se fuera. Ahora era tarde, nada podía hacer, lo había perdido para siempre. A donde sea que fuera pensaría en él porque lo amaba a pesar de todo.  1 mes después. Lili revisaba unas notas y bebía café mientras esperaba  a que su vuelo saliera. Había decidido mudarse porque creí que Andrés no volvería, se había ido sin dar explicaciones y en un mes no había tenido noticias de él. Nunca hubiera imaginado que lo iba a encontrar ahí.  Andrés apareció al final de la escalera, tan pronto la vio, sin pensarlo, se acercó a ella. Al sentir la presencia de alguien frente a ella levantó lentamente la mirada. Apenas podía dar crédito a lo que veía. Le pareció una ironía que él estuviera ahí después de tantas semanas. -Lili -susurró emocionado, los