Hanna estaba perdida tratando de encontrar su lugar, recorrió las filas con el boleto en su mano y chocó con un par de personas antes de llegar a su asiento que resultó ser al lado de Ben. Aventó su bolso sobre el asiento y lo saludó con una extraña familiaridad que lo tomó por sorpresa. —Hola —abrió el maletero intentando subir su pequeña maleta. Él la observó inexpresivo, se encogió en el asiento y continuó leyendo su periódico pero su presencia por alguna razón le robaba toda su atención. El golpeteó que la joven dio a su valija intentando acomodarla en el maletero lo hizo lazar una pregunta. —¿Quieres que te ayude? Justo en ese momento, ella cerró la puerta y dio un brinco al asiento. —Tengo todo bajo control —respondió. Hanna volvió a sonreír con esa calidez que le quitaba el aliento a Ben. Se abrochó el cinturón y se recargó en el respaldo colocando las manos sobre sus rodillas. Él no pudo quitarle la mirada de encima, parpadeó un par de veces tratando de espab
Autora de libros de romance