Podría haber escogido cualquier día de la semana para irse pero no, escogió el día que tantos recuerdos me traía, el único día que quería que no lo hiciera. Era como una apolología de la más cruel historia jamás contada. Alargaron su agonía durante tantos días y justo hoy, en éste preciso momento en el que comezaba a hacerme a la idea de que todo permanecería igual decidieron que era un buen día, total, era uno más del calendario. Ella estaba con todos menos conmigo, era como si no le importara nada de lo que me pasara, y en compensación a su remordimiento, gastaba sumas estrafalarias en mi. Es triste darse cuenta de que lo único que realmente necesitaba era su amor, su tiempo, su presencia, el simple hecho de no sacificarme con tal de quedar bien con los demás, porque las excusas eran muchas, no sabe, no puede, me necesita, como si yo no necesitara de ella. Ningún pariente sacrificó a sus hijos o a su familia por atender a alguien más como ella. Y luego se jactaba del amor qu...
Autora de libros de romance