El sol brillaba en el firmamento, el cielo contrastaba con el camino que atravesaba la meseta repleta de dunas terracota. En la cumbre de una montaña se escuchaban las detonaciones, un helicóptero aliado había sido derribado y una espesa cortina de humo se había formado impidiendo se viera el otro lado de la montaña. La mente de Craig se mantenía en constante divagación. Mientras se encontraba bajo los sofocantes rayos del sol pensaba más de cien veces en Anna, en la forma en que su presencia lo llevaba al límite de sus emociones, en la curvatura de sus labios, la cadena de lunares que recorrían su cuello y se perdían en su pecho, el azul profundo de sus ojos. Enloquecía solo de pensar que Jeffrey la tuviera entre sus brazos. La voz de Anna susurraba en su cabeza su nombre una y otra vez. —¡Doc! —gritó Miles— ¡ey Doc!... Harris! Él volteó y de inmediato se agachó se arrastró por el suelo hasta ocultarse detrás de una roca. El bunker enemigo estaba oculto detrás...
Autora de libros de romance