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Mostrando entradas de 2022

La reunión.

 Poco recordaba Scott de las noches que pasó al lado de Irina. Su recuerdo se hacía cada vez más difuso en su memoria. Para él parecia que había sido ayer cuando decidió dejarlo. Se lamentó que incluso Natsumi, a pesar de lo mala que había sido hubiera encontrado el amor y decidiera formar una familia.  Él se había enterado por casualidad, de ella sí que no deseaba saber nada, sin embargo le dolía pensar que probablemente él tenía la culpa de sus desgracias. Tomó una profunda bocanada de aire que le infló los pulmones y volvió a su escritorio.  Tantos meses de soledad, tanto tiempo perdido. ¿Quién lo hubiera imaginado? Se repetía una y otra vez en su cabeza.  De verdad deseaba ver a Irina, hablar con ella, tenerla cerca aunque solo fuera como amigos. Alguien tocó a su puerta, estaba tan inmerso en sus pensamientos que no contestó, de pronto ella ya estaba parada frente a él, lo miró con extrañeza, frunció el ceño y se mordió el labio. -Toqué más de una vez pero nadie respondió, pensé q

Amnesia

  La ropa de ambos yacía en el suelo. Edward dormía plácidamente en la cama mientras que Emily miraba la carretera a través de la ventana. Las luces de los autos que a toda velocidad cruzaban la curva se reflejaban en el techo. No podía continuar a su lado, un par de lágrimas se deslizaron sobre sus mejillas, lo amaba pero estaba harta de las mentiras que rodeaban a su relación. Eso era todo. No iba a permitir que su carrera se truncara por un estúpido capricho, por una affair que había surgido de la manera más ridícula. Ese frenesí que los envolvió los condujo por un laberinto de locura. Traición. Era la única palabra que retumbaba en su cabeza, pensó en el daño que le hacía reunirse con Edward, ser su cómplice. Apresuró su paso rumbo al baño, se vistió de inmediato, eran poco más de las 9, Edward había ido a una reunión a la ciudad y no volvería sino hasta pasadas las 11. Abrió la puerta con sigilo y salió sin despedirse, no podía volver a ver a Edward nunca más. Mientras caminab

bittersweet

 Alguna vez me preguntó si era feliz. Bajé la mirada y le di un sorbo a mi copa, crucé los brazos por encima de la mesa y lancé un suspiro. -¿De qué te sirve saberlo? -Quiero saber. -Mi respuesta no cambiará las cosas. Él bajó la mirada, jugó con su copa y después prosiguió. -Tal vez no cambie el pasado pero al menos me daría una esperanza. -¿Una esperanza para qué? -De saber que quizás algún día podremos estar juntos de nuevo. -Sabes que eso es imposible. -¿Lo es? -Claro que lo es. -Te quiero Irina, te quiero y una parte de mi corazón siempre te pertenecerá. -Creo que nuestra conversación no tiene propósito. Me puse en pie y me coloqué el abrigo sobre los hombros. -¿Tanto te molesta que te diga lo que siento? -Me parece una falta de respeto que lo hagas sabiendo que estoy con Josh. -No están casados en cambio tu y yo lo estuvimos. -A qué viniste Scott, ¿querías echarme en cara el pasado? -Quería hablar contigo, saludarte. -De acuerdo ya lo hiciste, fue un placer encontrarte y... Scott

Entre él y yo.

 Le dolía el pecho, en realidad le dolía el alma. Atravesó el pasaje de los ángeles envuelta en una profunda agonía. Lo único que deseaba era recostarse en su cama, cerrar los ojos y quitarse ese inmenso dolor que la oprimía. Secó sus lágrimas y extendió la mano, el taxi se detuvo en aquella esquina mientras él la veía sin poder detenerla. Le gritó, intentó detenerla pero no lo logró. De pronto sus pies se anclaron al suelo, su partida lo petrificó por completo. La música de la marimba, que estaba a su lado penetró en sus oídos como ecos.  Dalila se había marchado y si no hacía algo la perdería para siempre. Para ella el tiempo no había pasado, en su mente, no hacía más de dos horas que ambos caminaban felices por las empedradas calles del centro, tomados de la mano, disfrutando de la cálida tarde y respirando los aromas que desprendían las flores de cempasúchil que decoraban las ofrendas. Sus rostros se iluminaban con las tenues luces que emanaban de las velas y cirios. Las sombras de

Destino Italia, capitulo 1 parte 2

 Hanna palideció por una fracción de segundos, pero se recuperó de inmediato y continuó acomodando los cupcakes en el exhibidor. —No puedo ir, tengo trabajo. —¡Vamos Hanna! Es el pretexto que te hace falta para salir de aquí. —No puedo ir a Italia, su familia esta allá. —Y nunca la conociste, ¡qué más da! —¿Qué hay de Fabrizio? —¿Qué con él? Fabrizio está aquí, además no puedes vivir escondiéndote todo el tiempo —dijo sentándose en un banco—. Hablando de él,  lo encontré hace un par de días en un bar. Me dijo que Andrew —hizo una pausa, quería decirle que se había enterado de que se casaría pero no se atrevió—, está bien. —Me da gusto por él —respondió indiferente. —Sí, me recomendó algunos lugares a donde podemos ir.  “—Así que le dijiste a él antes que a mí. —¡Vamos Hanna! Tuvimos nuestro momento y cuando terminamos, él y yo decidimos llevarnos bien por ustedes. —Pero ya no estamos juntos. —Como sea, el pacto que hicimos no se modificó. Él me dijo algo que terminó por convencerme de

Destino Italia Capitulo 1 parte 1

 “Hanna MacCain era muy joven cuando el mundo le abrió un universo de oportunidades. Acababa de cumplir 22 años y había terminado la carrera con el promedio más alto de su generación. Quienes la conocían sabían que tenía un increíble talento creativo y le auguraban un futuro prometedor en el mundo del diseño. Andrew Sabato, su novio, estaba consciente de ello y no titubeó al pedirle que trabajara a su lado en una de las agencias de diseño más reconocidas del país; con un excelente salario y una extraordinaria vista del distrito financiero de Manhattan desde su oficina su vida era poco más que perfecta. Seis meses después... Hanna entró a la pastelería corriendo, pasaban de las 9 y tenía que entregar un encargo. Puso su bolsa sobe el perchero y se colocó la filipina, ató su cabello y entró a la cocina. Sacó del refrigerador una charola con galletas y encendió el horno de convección. Mientras este se calentaba, tomó su celular para ver la hora, su protector de pantalla aún tenía una foto

Andrea Lang

 Nunca había escuchado ese nombre antes sin embargo era lo único en lo que pensaba el profesor desde que la conoció. Por una fracción de segundos su mente se perdió, se imaginó acariciando su cabello caoba, sus mejillas rosadas y aquellos carnosos labios. Le recordaba tanto a Gaby. Si ella siguiera viva tendría probablemente unos 10 años más que Andrea. Lanzó un suspiro que lo trajo de vuelta a su realidad. La computadora se había reiniciado y el reloj marcaba casi las 10, tenía que irse a casa de inmediato. Mañana temprano tendría que recoger a su hija en la terminal de autobuses. Loreta tenía casi 7 y desde que su ex esposa se casó, solo pasaba tiempo con su padre 2 veces al año.  Tomó sus cosas y salió de su oficina, mientras cerraba la puerta con llave escuchó la voz de Andrea. –Dijo que me enviaría lo que le pedí. –Lo siento, lo olvidé.  –La tarea es para la próxima semana, tendrá que darme una extensión. –Lo haré, solo no lo menciones a tus compañeros. Andy sonrió y sus mejillas

Ella.

 El profesor Laskins se quitó los anteojos y los puso sobre el escritorio de madera que estaba justo al centro del salón, delante del pizarrón y junto al gran ventanal que daba al lago. Se recargó y cruzó los brazos por encima de su pecho, observó al grupo esperando que alguien se atreviera a levantar la mano. La puerta trasera del salón se abrió y todos se giraron. Una hermosa joven de cabello bermellón se ruborizó, encogió los hombros y bajó la mirada. –Lo siento –murmuró y se sentó en el primer lugar que encontró. Laskins tragó saliva, le recordaba tanto a Clarice, su presencia lo había dejado sin palabras. Uno de los alumnos de la primera fila levantó la mano. Él estaba completamente absorto con la belleza de aquella joven estudiante que había aparecido como un remolino. –¿Profesor? –Ah sí, dime Karym. –Me parece que se trata de una erupción estromboliana por la fuerza con la que las rocas incandescentes fueron lanzadas además, por ese periodo de calma que tuvo antes de explotar. E

Traición.

El vapor invadía el cuarto de baño. La espuma se deslizaba sobre su cuerpo húmedo, el agua tibia llenaba poco a poco la bañera. Anthony recorría con sus manos lentamente su silueta mientras besaba su cuello con un intenso frenesí.  El teléfono sonó un par de veces antes de que la contestadora se activara. -Señora Hart hablo del consultorio del doctor Atkins para confirmar su cita del viernes. La llamaré más tarde pero me gustaría que me confirmara si ya recibió los resultados de sus estudios, el doctor los necesita. Gracias. Samantha salió de la ducha cuando escuchó la voz de la asistente del doctor dejando a Anthony furioso.  -¿Hola?, ¿Hola? -Hola señora Hart, escuchó mi mensaje. -Sí, yo -se sentó en la orilla de la cama- aún no reviso mi correo pero tan pronto como lo haga me comunico con usted. -De acuerdo. Anthony se detuvo en la entrada de la habitación, el agua de su cabello húmedo escurría por encima de su cuello y sobre sus pectorales. Él sostenía la toalla que envolvía su pelv

El diario de Mina

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El diario de Mina. Capitulo 1 parte 2

Capitulo 1 Parte 2   Romina apresuró su paso, cruzó el extenso pasillo y chocó contra aquella cadavérica mujer, luego, abrió la primer puerta que encontró y terminó por perderse en el extremo sur de la casa.  La propiedad era tan grande que parecía que estaba diseñada para atrapar a cualquiera que entrara en ella.  Tras dar un par de vueltas por el pasillo, aquel laberinto la colocó en un cuarto lleno de puertas. Romina sintió que una intensa pesadez invadió su pecho, perturbada dio un giro de 360 grados, la ofuscación le impidió pensar con claridad, sacó su teléfono y trató de llamar a Hanna pero en ese lugar no tenía señal.  En su desesperación abrió todas las puertas hasta que detrás de una vio un par de jaulas al final del pasillo, al doblar la esquina tropezó con su padre. Él sujetó sus hombros, la observó sorprendido y a la vez emocionado de que ella estuviera ahí. Romina no sabía cuánto tiempo llevaba perdida en ese lugar, si él no hubiera aparecido habría perdido la cordura. Ma

El diario de Mina. Capitulo 1 parte 1

Capitulo 1 El testamento. Marzo. El pesado portón de madera rechinó tras abrirse, una mujer de aspecto cadavérico, vestida de negro y con el cabello recogido se apartó inexpresiva de la entrada tras atisbar a Romina.  La joven titubeó antes de entrar a la casa, incluso se detuvo a verla expectante de su aprobación para atravesar el jardín. La mujer inclinó la cabeza, lanzó una mirada hostil y desapareció entre los helechos que estaban junto a la entrada. Romina  se encontró sola en el extenso pasillo, a su izquierda había puertas de madera con herraduras doradas y pequeñas ventanas cubiertas por cortinas de encaje blanco, a la derecha enormes vitrales emplomados rodeando el jardín central. Dio un par de pasos y nuevamente se encontró a aquella extraña mujer, ella extendió su mano señalándole el pasillo que debía tomar para llegar  al lugar en donde se daría la lectura del testamento. Sus pasos se escucharon como ecos en la casa, Romina se giró en busca de esa mujer, ella caminaba a su

El diario de Mina. Sinopsis.

 Hola a todos, les cuento que esta semana sale a la venta el diario de Mina. Estos días no he subido publicación porque estoy terminando de editar el libro, pero ya la siguiente semana nos leemos. Compartan! y no se olviden de leerlo, les prometo que les robará el aliento. Les comparto la sinopsis. ¿Quiénes son los Aragón?  Es la pregunta que a diario se hace Alfonso Molina, un joven y audaz periodista, cuyo propósito es lograr el reconocimiento en su carrera a costa de exponer a una de las familias más poderosas de México. Pero en un país con altos niveles de criminalidad y en donde se censura la libertad de prensa, eso significa firmar una sentencia de muerte. Dispuesto a darlo todo con tal de denunciar los delitos en los que la familia se ha visto inmersa, redirigirá sus objetivos gracias al inesperado encuentro con quien fuera el amor de su vida, Romina. Pero Romina no solo es la hermosa mujer que desde hace 8 años robó su corazón, también es la heredera más joven de los Ar

Próximamente...

  Sinopsis: ¿Quiénes son los Aragón?  Es la pregunta que a diario se hace Alfonso Molina, un joven y audaz periodista cuyo propósito es lograr el reconocimiento en su carrera a costa de exponer a una de las familias más poderosas de México. Pero en un país con altos niveles de criminalidad y en donde se censura la libertad de prensa, eso significa firmar una sentencia de muerte. Dispuesto a darlo todo con tal de denunciar los delitos en los que la familia se ha visto inmersa, redirigirá sus objetivos, gracias al inesperado encuentro con quien fuera el amor de su vida, Romina. Pero Romina no solo es la hermosa mujer que desde hace 8 años robó su corazón,  también es la heredera más joven de los Aragón. Comprometida con Bennedict Esquivel, un atractivo y exitoso publicista miembro de otra importante familia y a punto de convertirse en una famosa escritora, su vida parece envidiable. En medio de la aparente perfección que rodea a la vida de la joven, la noticia de la muerte de u

Capitulo 23 parte 2

  Derek Loyd le había entregado el acta de divorcio a Jennifer,ella se sintió tan derrotada que decidió pasar unos días sola en la casa de Malibú. Aún no sabía como darles la noticia del divorcio a sus hijos. Dejó sus maletas en la entrada y subió a su habitación para recostarse y darse un baño.Se acercó al espejo y vio un arete que no le pertenecía sobre la mesa.Lo tomó entre sus manos y lo observó detenidamente tratando de recordar en dónde lo había visto antes. La mucama tocó su puerta para llevarle un par de toallas limpias, entró al no escuchar respuesta alguna y las colocó sobre la cama. -¿Sabes de quién es esto? -Pensé que era suyo o de la señora Evangeline. -No, mi hija no tiene perforaciones y yo tampoco.¿En dónde lo encontraste? -En el estudio señora,un día después del -hizo una pausa- del incidente -tartamudeó-, estaba tirado junto al escritorio. -Gracias, puedes retirarte. Jennifer recordó que la única extraña que había estado ahí había sido Nola sin embargo, en ningún mome