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Mostrando entradas de septiembre, 2022

Andrea Lang

 Nunca había escuchado ese nombre antes sin embargo era lo único en lo que pensaba el profesor desde que la conoció. Por una fracción de segundos su mente se perdió, se imaginó acariciando su cabello caoba, sus mejillas rosadas y aquellos carnosos labios. Le recordaba tanto a Gaby. Si ella siguiera viva tendría probablemente unos 10 años más que Andrea. Lanzó un suspiro que lo trajo de vuelta a su realidad. La computadora se había reiniciado y el reloj marcaba casi las 10, tenía que irse a casa de inmediato. Mañana temprano tendría que recoger a su hija en la terminal de autobuses. Loreta tenía casi 7 y desde que su ex esposa se casó, solo pasaba tiempo con su padre 2 veces al año.  Tomó sus cosas y salió de su oficina, mientras cerraba la puerta con llave escuchó la voz de Andrea. –Dijo que me enviaría lo que le pedí. –Lo siento, lo olvidé.  –La tarea es para la próxima semana, tendrá que darme una extensión. –Lo haré, solo no lo menciones a tus compañeros. Andy sonrió y sus mejillas

Ella.

 El profesor Laskins se quitó los anteojos y los puso sobre el escritorio de madera que estaba justo al centro del salón, delante del pizarrón y junto al gran ventanal que daba al lago. Se recargó y cruzó los brazos por encima de su pecho, observó al grupo esperando que alguien se atreviera a levantar la mano. La puerta trasera del salón se abrió y todos se giraron. Una hermosa joven de cabello bermellón se ruborizó, encogió los hombros y bajó la mirada. –Lo siento –murmuró y se sentó en el primer lugar que encontró. Laskins tragó saliva, le recordaba tanto a Clarice, su presencia lo había dejado sin palabras. Uno de los alumnos de la primera fila levantó la mano. Él estaba completamente absorto con la belleza de aquella joven estudiante que había aparecido como un remolino. –¿Profesor? –Ah sí, dime Karym. –Me parece que se trata de una erupción estromboliana por la fuerza con la que las rocas incandescentes fueron lanzadas además, por ese periodo de calma que tuvo antes de explotar. E

Traición.

El vapor invadía el cuarto de baño. La espuma se deslizaba sobre su cuerpo húmedo, el agua tibia llenaba poco a poco la bañera. Anthony recorría con sus manos lentamente su silueta mientras besaba su cuello con un intenso frenesí.  El teléfono sonó un par de veces antes de que la contestadora se activara. -Señora Hart hablo del consultorio del doctor Atkins para confirmar su cita del viernes. La llamaré más tarde pero me gustaría que me confirmara si ya recibió los resultados de sus estudios, el doctor los necesita. Gracias. Samantha salió de la ducha cuando escuchó la voz de la asistente del doctor dejando a Anthony furioso.  -¿Hola?, ¿Hola? -Hola señora Hart, escuchó mi mensaje. -Sí, yo -se sentó en la orilla de la cama- aún no reviso mi correo pero tan pronto como lo haga me comunico con usted. -De acuerdo. Anthony se detuvo en la entrada de la habitación, el agua de su cabello húmedo escurría por encima de su cuello y sobre sus pectorales. Él sostenía la toalla que envolvía su pelv

El diario de Mina

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El diario de Mina. Capitulo 1 parte 2

Capitulo 1 Parte 2   Romina apresuró su paso, cruzó el extenso pasillo y chocó contra aquella cadavérica mujer, luego, abrió la primer puerta que encontró y terminó por perderse en el extremo sur de la casa.  La propiedad era tan grande que parecía que estaba diseñada para atrapar a cualquiera que entrara en ella.  Tras dar un par de vueltas por el pasillo, aquel laberinto la colocó en un cuarto lleno de puertas. Romina sintió que una intensa pesadez invadió su pecho, perturbada dio un giro de 360 grados, la ofuscación le impidió pensar con claridad, sacó su teléfono y trató de llamar a Hanna pero en ese lugar no tenía señal.  En su desesperación abrió todas las puertas hasta que detrás de una vio un par de jaulas al final del pasillo, al doblar la esquina tropezó con su padre. Él sujetó sus hombros, la observó sorprendido y a la vez emocionado de que ella estuviera ahí. Romina no sabía cuánto tiempo llevaba perdida en ese lugar, si él no hubiera aparecido habría perdido la cordura. Ma

El diario de Mina. Capitulo 1 parte 1

Capitulo 1 El testamento. Marzo. El pesado portón de madera rechinó tras abrirse, una mujer de aspecto cadavérico, vestida de negro y con el cabello recogido se apartó inexpresiva de la entrada tras atisbar a Romina.  La joven titubeó antes de entrar a la casa, incluso se detuvo a verla expectante de su aprobación para atravesar el jardín. La mujer inclinó la cabeza, lanzó una mirada hostil y desapareció entre los helechos que estaban junto a la entrada. Romina  se encontró sola en el extenso pasillo, a su izquierda había puertas de madera con herraduras doradas y pequeñas ventanas cubiertas por cortinas de encaje blanco, a la derecha enormes vitrales emplomados rodeando el jardín central. Dio un par de pasos y nuevamente se encontró a aquella extraña mujer, ella extendió su mano señalándole el pasillo que debía tomar para llegar  al lugar en donde se daría la lectura del testamento. Sus pasos se escucharon como ecos en la casa, Romina se giró en busca de esa mujer, ella caminaba a su