Hanna estaba perdida tratando de encontrar su lugar, recorrió las filas con el boleto en su mano y chocó con un par de personas antes de llegar a su asiento que resultó ser al lado de Ben.
Aventó su bolso sobre el asiento y lo saludó con una extraña familiaridad que lo tomó por sorpresa.
—Hola —abrió el maletero intentando subir su pequeña maleta.
Él la observó inexpresivo, se encogió en el asiento y continuó leyendo su periódico pero su presencia por alguna razón le robaba toda su atención. El golpeteó que la joven dio a su valija intentando acomodarla en el maletero lo hizo lazar una pregunta.
—¿Quieres que te ayude?
Justo en ese momento, ella cerró la puerta y dio un brinco al asiento.
—Tengo todo bajo control —respondió.
Hanna volvió a sonreír con esa calidez que le quitaba el aliento a Ben. Se abrochó el cinturón y se recargó en el respaldo colocando las manos sobre sus rodillas.
Él no pudo quitarle la mirada de encima, parpadeó un par de veces tratando de espabilarse un poco pero lo único que logró fue que ella volteara a verlo.
—Lo siento es que volar me pone nerviosa. Soy Hanna Mccain —agregó y extendió su mano.
Él correspondió su saludo sorprendido por la desinhibida personalidad de la joven.
—Ben...Benjamin Clark —tartamudeó.
—Un placer conocerte Benjamin Clark —repitió amistosa con una sonrisa en el rostro.
—¿Estas nerviosa?
Preguntó sin darse cuenta que quizás estaba cruzando la línea y que probablemente eso la molestaría. Hanna volteó, le pareció agradable que se interesara en ella.
—Un poco, no hago viajes tan largos pero debido a la premura no conseguí un vuelo directo a Catania.
—¿Catania? —preguntó sorprendido de que se dirigieran al mismo lugar y no solo eso, sino que también estuviera entablando una conversación con una completa desconocida.
—Bueno en realidad voy a Taormina, ¿tú te quedarás en Roma?
Él entre cerró los ojos e hizo una mueca.
—No —volteó la mirada a su periódico.
Ella lo miró esperando que añadiera algo más y al ver que guardaba silencio, prosiguió.
—¿A dónde irás?
—A Génova —respondió improvisando y guardó su periódico, no quería darle más motivos para conversar.
—¿No te parece fabuloso?
—¿Qué?
—Las coincidencias, estamos en la misma situación, nos sentamos juntos...vaya ironía.
Me encantan tus historias románticas. Fue un libro que leí en dos Dias! Los 5 libros que he leído de ti me crean cierta adiccion y no puedo soltarlos, felicidades!
ResponderEliminarVioleta Petris
Gracias Violeta! saludos :D
Eliminarcuando vuelves a publicar?
ResponderEliminarHola Yohana, espero reanudar la semana entrante las publicaciones de los martes y jueves. Saludos!
Eliminargracias esperamos tus publicaciones
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