Cuando aquel hombre espigado, de cabello negro y nariz larga entró a mi consultorio sentí un ligero escalofrío. Era la primera vez que lo veía, nunca antes había escuchado su nombre sin embargo tuve una extraña conexión tan pronto lo vi. Se sentó en el sillón que estaba frente a mi escritorio. Endureció la mordida y el hueso de su mandíbula sobresalió en su rostro. Me miró con sus ojos café y cruzó la pierna por encima de su muslo. -Una disculpa por la tardanza. -Estoy acostumbrado a esperar. -Antes de empezar me gustaría saber algunas cosas sobre usted. -Adelante. -Dice que lo recomienda Jackie Marley. -Sí. -Solo por curiosidad. La señora Marley tiene alguna relación con usted. -Ninguna, no la conozco. -Cómo pudo entonces recomendarlo conmigo. -Solo susurró su nombre en mí oído, dijo que usted la ayudó a salir de su depresión. -No entiendo lo que dice. -¿Cree en fantasmas?, doctora. -Perdón. -Después de lo que voy a contarle su vida no será la misma. -Estoy aquí para ayudarlo. Tomé as...
Autora de libros de romance