Era una calurosa noche de verano, la puerta del patio trasero estaba abierta. Llamó la atención de Sofí el estridente ruido que emitía cada vez que el aire soplaba haciendo que chocara una y otra vez.
Las hojas revoloteaban por el jardín y de pronto vio una sombra entre los muebles del jardín.
Sofí se escondió, su corazón palpitó nervioso, atisbó discreta por entre el espacio que se formaba entre la cortina y el vidrio si aquella sombra era producto de su imaginación o si en verdad rondaba por el patio trasero de la casa.
Escuchó un par de que quejidos y una ráfaga de aire hizo que la lámpara que estaba sobre la puerta tambaleara, entonces vio que se trataba de Sandra.
Sofí estaba petrificada, la pequeña niña salió de la casa y caminó hasta la esquina, tenía 5 años cuando desapareció en medio de la noche.
20 años más tarde.
La vida de Sofí había sido difícil, superar el trauma por la pérdida de su prima no había sido cosa fácil, en especial porque se culpaba constantemente por no haber alertado a algún adulto sobre lo que estaba pasando.
Día y noche pensaba en qué hubiera pasado si ella hubiera salido tras Sandra, si aquella noche no la hubiera dejado salir al jardín.
Agosto llegó con sus impetuosas tormentas, Sofí se sentaba cerca de la ventana con una taza de té que usualmente dejaba a medio terminar. Sacaba una libreta blanca y dibujaba, imaginaba cómo luciría Sandra tras 20 años.
Nadie en la familia había encontrado la paz y todos seguían buscándola a pesar de los años, incluso ella.
Un día, la culpa la agobió a tal grado que simplemente salió de su departamento y desapareció.
Cuando el detective Rogers entró al departamento de Sofí notó que todo se encontraba en perfecto estado, no había puertas forzadas, ni saqueos, nada que determinara que alguien había entrado al departamento o que se la había llevado.
Sus identificaciones, pasaportes, dinero, ropa, toda su vida se había quedado en el departamento, todo gritaba que tenía que volver, si no era hoy quizás mañana, o tal vez no.
Luego de registrar un par de cajones en su habitación encontró una pequeña libreta llena de direcciones y números telefónicos, pensó que debía llamar a todos los que ahí se encontraban, probablemente alguien sabría en dónde estaba.
Tenía un puñado de amigos y ninguno sabía en dónde podría estar o con quién, a decir verdad, tenían varios meses sin hablar con ella.
Por un momento pensó que todos se habían puesto de acuerdo para no darle detalles sobre su paradero y luego, la madre de Sofí le contó que su hija era una mujer solitaria, le habló sobre cómo el extravío de su prima le había cambiado la vida por completo.
Nadie la culpaba por lo que había pasado, después de todo, ambas eran unas niñas de 5 y 7 años.
Rogers desarrollo un nuevo interés, ¿en dónde estaba Sandra?, ¿acaso su desaparición estaba relacionada con la de Sofí?
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