3.- Si hay algo de lo que me arrepienta sin duda es de no haber estrechado un lazo afectivo con alguien. Debo admitir que toda mi vida he sido una persona cerrada, fría. Bromeo diciendo que crecí entre los lobos y es que la soledad a la que estaba expuesta hizo que no supiera cómo comportarme con las personas.
Lamento mucho no haber sido una buena persona, si lo hubiera sido tendría con quién hablar en estos momentos, tengo tantas cosas que decir y nadie que quiera escucharlas.
Todos en la oficina me olvidarán al cabo de unos días, si tengo suertes tal vez haya alguien que se pregunte en dónde está la mujer que solía sentarse en ese escritorio. Aquella mujer sola y sin amigos, esa a la que nadie le preguntó su nombre.
Tal vez nos encontremos alguna vez en la calle, tal ves me salude o solo me mire con indiferencia preguntándose en dónde me ha visto.
Que triste mi vida, que lamentable mi historia.
Ojalá pudiera retroceder el tiempo, situarme de nuevo al pie de la oficina, sonreír y presentarme amablemente con todos.
Hubiera sido buena idea aceptar la invitación a comer de uno de ellos, al menos voltear y verlo a los ojos cuando se acercó a mi cubículo.
No me mal interpreten, no es que no lo haya visto, él era muy atractivo y de cierta forma me intimidó, por qué alguien como él se había acercado a mí, con qué objeto, estaba segura de que tenía con quien comer, incluso novia, tal vez estaba casado pero claro, me estoy enredando en algo que no tiene sentido, se trataba solo de una invitación a comer, no de un compromiso.
La cabeza me dio vueltas, estaba agotada mentalmente, deseaba de verdad con todos mis fuerzas poder cambiar el curso de mi vida.
Comentarios
Publicar un comentario