Ella entró al salón, bajó las escaleras recorriendo con sus manos el barandal.
Él estaba en medio de la multitud casi imperceptible. Se miraron fijamente a los ojos y el tiempo se detuvo.
Tanto tiempo sin verse y estaban reunidos casualmente en el mismo lugar, solos.
Él se acercó a ella y le sonrió.
-De todas las personas a las que creí encontrarme esta noche jamás pensé en ti.
-Es en verdad una fortuita casualidad.
-Sigues tan hermosa como te recuerdo.
-En cambio tu has cambiado, no te hubiera reconocido bajo otras circunstancias.
-Lo tomaré como un halago. ¿Quieres bailar?
-Desde luego.
Él la tomó sutilmente de la cintura y con un delicado movimiento dirigió los movimientos de su cuerpo en medio de la pista.
-¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que estuvimos juntos? -preguntó él.
-Suficiente como para habernos olvidado.
-Y no ha sido así.
Ella sonrió y recargó su cabeza sobre su hombro, aquel hombre que mostraba tanta seguridad en sí mismo era absolutamente irresistible.
Él estaba en medio de la multitud casi imperceptible. Se miraron fijamente a los ojos y el tiempo se detuvo.
Tanto tiempo sin verse y estaban reunidos casualmente en el mismo lugar, solos.
Él se acercó a ella y le sonrió.
-De todas las personas a las que creí encontrarme esta noche jamás pensé en ti.
-Es en verdad una fortuita casualidad.
-Sigues tan hermosa como te recuerdo.
-En cambio tu has cambiado, no te hubiera reconocido bajo otras circunstancias.
-Lo tomaré como un halago. ¿Quieres bailar?
-Desde luego.
Él la tomó sutilmente de la cintura y con un delicado movimiento dirigió los movimientos de su cuerpo en medio de la pista.
-¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que estuvimos juntos? -preguntó él.
-Suficiente como para habernos olvidado.
-Y no ha sido así.
Ella sonrió y recargó su cabeza sobre su hombro, aquel hombre que mostraba tanta seguridad en sí mismo era absolutamente irresistible.
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