Alexander estaba en su departamento recostado en el sillón, mantenía las luces apagadas y miraba un punto en el techo mientras le daba vueltas a la sugerencia de Nathan y Amy de no acercarse a Nina.
Estaba sumamente molesto ya que, a pesar de que le había dado su palabra de no interferir en la relación que tenía con Nina, no parecía muy interesado en ayudarlo.
Desde el accidente ella había establecido una extraña rutina en la que sólo salía de su casa para ir al trabajo y viceversa, no socializaba y eso dificultaba un encuentro casual.
Alexander no podía seguir esperando a que el destino los reuniera así que sólo le pidió a uno de los directivos de GLAM que le hicieran una entrevista.
El insistente sonido del timbre lo sacó de su concentración, pasaban de las 9.30 de la noche y le pareció extraño recibir visitas a esa hora, Eve se había ido de luna de miel y su madre siempre llamaba antes de ir a verlo.
Se levantó extrañado, al abrir se sorprendió de que Nola estuviera parada frente a su puerta con una caja de cervezas en la mano.
La recorrió de pies a cabeza,llevaba puestos unos pantalones ajustados de piel negra y un suéter gris de hombro caído.
Sonrió de la forma en que solía hacerlo cuando quería provocarlo y entró al departamento antes de que él la invitara a pasar.
-¿Que haces aquí? -preguntó incómodo por su presencia.
Ella se abrió paso en medio de la oscuridad y se dirigió a la cocina, encendió la luz de la barra y metió las cervezas al refrigerador, conocía perfectamente el departamento de Alexander.
-Tenemos una conversación pendiente ¿lo olvidaste?
-Eso fue hace varias semanas.
-No pareces ocupado, traje cervezas, tus favoritas -dijo mientras revisaba su refrigerador- Creí que habías cambiado, sigues sin ocuparte de hacer el súper.
-¿Qué quieres?
-Ya te dije, hablar -tomó un par de cervezas, las abrió y se acercó a él dándosela.
-Eso fue hace mucho tiempo.
-Lo sé pero, no había encontrado la ocasión para buscarte.Has estado muy ocupado, lamento la muerte de tu abuelo, sé que lo querías mucho.
-¿A eso viniste?
-Alex, no quiero que haya esta tensión entre nosotros, quiero que seamos amigos.
-¿Amigos? -se burló de la sugerencia- ¿para qué?
-Te encierras todo el día en la oficina, técnicamente no tienes vida, la verdad es que no creo que eso sea sano para ti.
-¿Cómo sabes todo eso?
Nola guardó silencio, por un momento pensó en decirle que su padre se ocupaba de ponerla al tanto pero eso sería peor.
-¿Acaso miento?
Él mantuvo la seriedad en su rostro y le dio un trago a su cerveza.
-No.
-Sé que no has comido, te invito a cenar, podemos ir caminando.
-No tengo hambre.
-¿Es eso o no quieres que te vean conmigo? ¿Estas saliendo con alguien?
-A decir verdad sí.
-¿En dónde la conociste?
-En Pragra -respondió siguiéndole el juego.
-¿Es algo serio?
-¿Qué quieres que te diga? La amo, estoy loco por ella.
-Y cómo es que si tanto la quieres no esta a tu lado.
-Es una larga historia.
-Perfecta para una cena. ¡Anda! te hará bien despejarte un poco, comienzas a lucir como ermitaño.
-Agradezco la intensión que tienes de ayudarme pero de verdad no estoy interesado en salir, mucho menos contigo.
-¿Tienes miedo de que ella se moleste contigo? ¿Es celosa?
-Eso no es de tu incumbencia.
-¡Vamos Alex! no seas tan severo, dame la oportunidad de demostrarte que he cambiado, que estoy arrepentida.Sé que no has pasado por momentos muy agradables últimamente.Quiero que no te sientas solo, que te sientas apoyado.
Desde que regresó a Los Ángeles todo parecía ir de mal en peor, desde el accidente de Nina, la muerte de su abuelo y el que estuviera a punto de pisar la cárcel.
-En serio, lamento todas las cosas que has pasado.Quería ir al funeral pero no lo consideré prudente, aún no puedo creer que haya muerto de esa forma -dijo consternada.
-Gracias.
-¿Y cómo esta Eve?
-Bien, supongo, Will finalmente logró convencerla para irse de luna de miel.Creo que alejarse de todos los problemas que hay aquí le vendrá bien.
-¿Y qué hay de ti? es decir,adquiriste muchas responsabilidades tras asumir la dirección de la empresa.
-Aprenderé a lidiar con eso.
-Necesitas relajarte un poco o todos los problemas terminarán por agobiarte.
Alexander le dio un trago a su cerveza, cerró los ojos un segundo y lanzó un suspiro.
-Supongo que te lo debo -dijo resignado- fuiste tú quien llamó a la ambulancia.
-¿Quién te lo dijo?
-Eso no importa, gracias por ayudar a mi abuelo.
Nola palideció al recordar cómo habían pasado las cosas,repentinamente dejó de sonreír.
-¿Nos vamos?
-De acuerdo.
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