-¡Ya no puedo con esto Nina! -reprochó y se detuvo frente a la ventana de su oficina- no te mandé a Nueva York para que buscaras a Rogers, claramente te pedí, te suplique que no lo hicieras. No te bastó con que yo te creyera, querías probárselo a personas a las que ni siquiera les importas.
-Ya te dije que fue una coincidencia -explicó intentando convencerlo-, una fortuita coincidencia.
Nathan prosiguió como si no hubiera escuchado nada de lo que ella había dicho.
-Cuando llamé para preguntar como iba todo me mentiste, dijiste que estabas en la conferencia y en lugar de eso estabas con él ¡descuidaste tus obligaciones! -gritó furioso.
-¡Tenía que hacerlo!
-¡Me engañaste!
-¡Nunca te prometí que lo olvidaría! te dije que intentaría superar la traición de Hayden pero Rogers apareció en el hotel, ¿qué se suponía que hiciera? Era mi oportunidad de encararlo, hacerlo confesar.
-¿Y qué harás ahora? -preguntó intentando mantener la calma- ¿planeas buscar a Jeremy?
Nina guardó silencio, bajó la mirada nerviosa y se mordió el labio, no quiso darle más explicaciones que pudieran mal interpretar sus decisiones.
-No.
Él la miró desconcertado, su respuesta no le pareció del todo convincente.
-¿Planeas vengarte de tu hermana? ¿Exponerla a la humillación?
-No, yo sólo quería que creyeran en mi palabra.
-Lo que hiciste fue muy inmaduro, me has decepcionado -dijo mientras la observaba.
-Lamento escuchar eso,¡de verdad me entristece que no me entiendas! Vi la oportunidad de limpiar mi imagen y no pude desaprovecharla. ¡Cualquiera en mi lugar hubiera hecho lo mismo así que no tienes ningún derecho a juzgarme!
-¿Aún lo quieres? -reprochó elevando la voz, al no obtener respuesta insistió- ¡Lo quieres! -gritó azotando las manos sobre su escritorio.
-No -respondió asustada.
Nathan expulsó todo el aire que tenía en sus pulmones y se sentó frente a ella girando su silla.
-Sé perfectamente que todo tu afán es debido a él, lo puedo ver en tus ojos.
-Eso no es verdad.
-¿Cómo piensas encontrarlo? ¡No sabes en dónde esta! ¿O también en eso me mentiste? -preguntó molesto.
-¡No, ya te dije que no es por él!
-¿No entiendes? -dijo dulcificando la voz, se acercó a ella hincándose, sujetó delicadamente su mentón haciendo que lo viera a los ojos- nunca he dudado de lo que me dijiste, no me interesa remover ese pasado ni tener pruebas, tienes que superarlo -hizo una pausa y la soltó.Se alzó y nuevamente se acercó a la ventana dándole la espalda.
-Estas exagerando -musitó.
-¿En verdad? -la cuestionó incrédulo.
-Lo dices como si fuera lo único en lo que pienso y no es así.
-Eso no fue lo que me acabas de demostrar -lanzó un suspiro- Si no puedes lidiar con eso creo que...
-¿Qué Nathan? -interrumpió molesta.
-Olvídalo -dijo y se acercó a su escritorio para sentarse nuevamente.
-¿Por qué no lo dices de una vez?
-No tengo nada más que decir.
-¿Por qué no tienes el valor de decirme lo que estas pensando? -preguntó retándolo- Admite que no cumplo con tus expectativas, que no soy la mujer perfecta que esperabas.
-Eso no fue lo que dije.
-No es necesario que lo digas, entiendo perfectamente tus insinuaciones.Tú mismo lo dijiste, soy muy inmadura.
-Nina por favor...
-¡No Nathan! -dijo y se levantó de la silla- No entiendo por qué no te atreves a decirme lo que piensas sin tapujos, te quejas de mí pero tú haces exactamente lo mismo.
-Creo que ahora tú estas exagerando las cosas.
-¡De acuerdo! -dijo sarcástica- entonces es mi imaginación -se levantó de la silla y caminó hacia la puerta.
Nathan se pasó los dedos por el cabello y colocó las manos sobre su cintura completamente desconcertado, sabía que intentar alcanzarla no sería buena idea, las cosas ya iban mal y quizá sólo empeorarían.
-Pasaré a buscarte a las 8 para ir a la galería.
Nina se detuvo antes de abrir la puerta.
-No iré.
-¿A qué te refieres, qué hay de tu obra?
-Yo no soy importante, es a Craig a quien invitaron a exponer sus obras -musitó pensativa-, si logra impresionar a Menina le ofrecerá trabajo en su galería.
-Estaba seguro de que esto era importante para ti.
-¿Y te decepciona conocerme mejor?
-Nina en serio no quiero discutir -suplicó.
-Tienes razón -se giró y lo miró-, deberíamos darnos un tiempo, pensar bien las cosas antes de seguir en una relación que nos ofusca a ambos.
-Nina -susurró.
-Si no puedes lidiar con mi forma de ser creo que no tenemos nada que hacer juntos.
Él la miró desesperado, no quería dejarla ir pero era orgulloso.
-Es sólo un desacuerdo, podemos arreglarlo.
-Esto era importante para mi, no se trata de un capricho como lo hiciste ver -dijo justificándose-. Dime, si te inmiscuyeran en una mentira ¿no estarías dispuesto a limpiar tu nombre?
-Nina no hagas esto -suplicó.
-Lo siento Nathan pero no puedo estar a tu lado si piensas de ese modo. Si cada vez que intento unir las piezas de mi vida me recriminas, me juzgas y te enfadas conmigo en vez de apoyarme.
-Yo te quiero -susurró y la miró con impaciencia.
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