Mike la observó desde el otro extremo de la barra. Fingió hablar con sus amigos pero en realidad estaba atento a lo que ella hacía. Cuando vio que alguien la tomó entre sus brazos puso su cerveza sobre la barra y se enfureció.
Le costaba reconocer lo mucho que aún la amaba a pesar de todo. Se jaló el cabello y frunció el labio antes de perder el control y finalmente acercarse a la pista para jalarla del brazo tomándola por sorpresa.
Ella lo miró extrañada. Mike la condujo al otro extremo.
-¿Qué estas haciendo? ¿En dónde esta Jena?
-Con mi mamá, seguramente esta durmiendo así que no hay problema.
-¿No hay problema? deberías estar en la casa cuidándo de ella.
-Vine a divertirme, ¿acaso no lo haces tu?
-¡Eso es diferente!
-¿En qué es diferente? -reprochó.
-En que yo soy hombre, no corro ningún riesgo en cambio tú...
-Eso es lo más estúpido que has dicho desde que te conozco.
-¡Oye! Eres mi mujer, no voy a permitir que vengas a…
-¿Tu mujer? Creí que había dejado de serlo el día que te fuiste de la casa con ella.
-No estamos divorciados.
-Pero estamos separados desde hace mucho y es casi lo mismo, tu tienes una vida ¿por qué no puedo tenerla yo?
-¿Es una venganza?
-No Mike, no es una venganza es mi forma de superar los problemas, de mostrarte que no te guardo ningún resentimiento, que ya te superé.
-Aún estamos casados.
-Lo dices como si de verdad te importara, ¿qué hay de Meredith?
-Bebiste demasiado -dijo lanzando un suspiro.
-Así que crees que te digo todo esto porque estoy ebria, vaya que eres arrogante. Esperabas que me quedara toda la vida sentada esperando que volvieras, que llorara por los rincones mientras tú hacías tu vida y eras feliz pues no lo haré.
-¿Tu madre sabe donde estas?
-Fue ella quien me sugirió salir.
-Hablaré con ella, ahora te llevaré a casa, no voy a permitir que cualquier imbécil se aproveche de ti.
-¿Estas celoso?
-¿Por qué habría de estarlo?
-Porque acabas de darte cuenta que ya no tienes el control de mi vida, que puedo hacer lo que me plazca con ella.
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