Ir al contenido principal

Primer amor


El denso aire y un intenso ruido se hicieron presentes al entrar un nuevo tren en la estación, haciendo que su cabello cubriera por completo su rostro. Irina intentó apartarlo de los ojos, mientras que las hojas volaron y cayeron dispersas por el pasillo. Se apresuró a rescatar sus apuntes, pero de inmediato las puertas de los vagones se abrieron y la multitud bajó apresurada sin jarse por donde caminaba. Tuvo miedo de que alguien, en el descuido del apuro la pudiera pisar y no le quedó más que esperar.

Cuando el pasillo se vació relativamente, el metro seguía detenido y sus puertas abiertas. Irina miró el reloj mientras recogía las hojas que estaban a su alcance.

10.20 pm. -Cómo se me pudo hacer tan tarde- murmuró.

Se apresuró a recoger los apuntes sin darse cuenta que un joven la observaba jamente desde el interior del vagón. él miró su reloj, paso los dedos por su abundante y sedosa cabellera castaña y bajó apresurado del vagón en lo que éste intentaba recobrar la marcha. Caminó a lo largo del pasillo recogiendo las hojas que encontraba a su paso y se acercó a la joven.

-Toma, espero que aún te sirvan. Bueno excepto ésta- dijo en tono de lástima, entregándole una que estaba partida, juntando las piezas como si al hacerlo se unieran mágicamente.
-Gracias- dijo Irina.
–Genial, ya es muy tarde para llegar a la cena- murmuró en tono de reclamo. -Supongo que así tenía que ser.- dijo en voz baja intentando creerlo, entregándole las hojas.
- Lo siento- dijo Irina.
-Me choca cuando el metro se detiene, es una pérdida de tiempo. De cualquier forma estaba buscando un pretexto, tenía la esperanza de encontrarme con una chica de la facultad. Pero bueno, en vez me he encontrado con...

Joshep no terminó la frase. Se quedó atónito ante la hermosa joven que retiraba el cabello de su cara y lo acomodaba bruscamente con los dedos echándolo para atrás. Aquellos ojos color avellana lo miraban llenos de desconfianza.

- ¿Crees en el destino? Soy Joshep, ¿y tú eres?

Irina lo miró desconcertada, segundos antes se quejaba por el metro, ¿y ahora le decía su nombre sin preámbulos y le hablaba del destino?

- Me llamo... soy Irina, gusto en conocerte Joshep y gracias por ayudarme. No tenías que hacerlo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

The Deal – First Chapter

Two years of interning at Sykes & Williams opened up many doors for Kyle Carter and his friend Matt Vaughn. They came to know major players in California business and both received offers to become salaried employees at Sykes & Williams. Both remained in the company for a few years so they could continue to make important connections and fine tune their skills. After that, Kyle and Matt were ready to start up Carter Health. The name was decided upon after a lengthy conversation. The sound made by a "C" was more recognizable and friendly. “V” was considered too be intimidating and snobbish, so Matt bought it. Carter Health was comprised of three small to midsized insurance providers. They ingratiated with them while they were still at Sykes & Williams. They billed themselves as a fresh innovative HMO ready to take on new providers. While true, they needed to grow their business quickly. “We have a zero margin for error, Matt. We have a trickle of cash flow a

El domo parte 2

Nada de lo que había pasado la noche anterior había sucedido realmente. Ese fue el primer pensamiento que Alexa tuvo al despertar. Se sentía mareada, como si no hubiera descansado en toda la noche, una fuerte ráfaga de aire entró por su ventana tirando al suelo el florero que estaba en la mesa. Corrió a cerrar la ventana y se cortó el pie con uno de los vidrios, entonces sujetó su pie y buscó un paño con el cual detener la sangre que brotaba y así poder llegar al baño para limpiar la herida. Abrió la llave del agua caliente de la bañera y se sentó a un lado, al retirar el paño se sorprendió al ver que estaba seco y limpio. El vidrio aún estaba incrustado en su pie pero no había sangre y la herida cerró tan pronto lo sacó. Recordó encantes que nunca había visto su sangre, nunca se había cortado, ni fracturado un hueso, nunca había faltado a la escuela a causa de una enfermedad, no sabía lo que era tomar medicinas. Cerró la llave cuando el baño se llenó de vapor, limpió el espejo con su