-Entonces me besó pero no sentí el calor de su labios, me abrazó pero ya no me amaba, lo se porque ni siquiera me miró a los ojos. Si hubiera sabido que esa sería la última vez que nos veríamos yo...tal vez hubiera, me hubiera aferrado a sus brazos.
-¿La amabas?
-La amo.
-Creo que es más bien una obsesión, te aferras a algo que nunca existió.
-Teníamos una promesa -interrumpió.
-Hasta los contratos se rompen.
-Ella no era así, al menos no hasta que -hizo una pausa-, hasta que me marché.
-Tal vez era cuestión de tiempo.
-No ella, ella jamás haría algo que me dañara, se muy bien que me quería, al menos lo hacía.
-¿Entonces por qué te marchaste?
-Tenía que hacerlo, mis padres se estaban divorciando y mi madre -lanzó una carcajada llena de ironía-, si él -dijo refiriéndose a su padre- no hubiera mentido yo no habría ido.
-¿Lo culpas de tus decisiones?
-Siempre.
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