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Coincidencias.

Un montón de cuchicheos y carcajadas se escuchaban desde el pasillo del teatro, la tercera llamada había sido anunciada y las luces empezaron a parpadear. Samanta corrió tratando de llegar a su palco antes de que fuera demasiado tarde pero le fue imposible. En la penumbra se escucharon los aplausos, ella puso su mano sobre el picaporte y abrió la puerta, tropezó antes de poderse sentar junto al hombre que estaba sentado en una de las butacas.


-Lamento la tardanza -murmuró mientras acomodaba su enorme vestido en el asiento. 


-Está bien.


Su sonrisa se esfumó al ver que no era su padre quien estaba a su lado, se puso en pie de inmediato


-Lo siento -exclamó avergonzada, se puso en pie y caminó hacia la puerta.


Él  la detuvo.


-Deberías quedarte, el telón acaba de abrirse.


-¡Maldita sea!


-Podrás irte en el intermedio.


-No, no puedo hacer eso mi padre me espera, si no llego se molestará conmigo.


-Podrías volver a equivocarte de palco.


-Oye yo te conozco, eres el tipo del staff.


Derek sonrió, se acomodó en el asiento y cruzó la pierna en escuadra.


-La misteriosa chica que estaba sentada en la butaca de enfrente, creí que tu presencia en el teatro se debía a que estabas explorando el lugar.


-No sabía que se les permitía disfrutar de los eventos, ¿no deberías estar revisando que todo esté en orden?


-A decir verdad este es mi puesto de vigilancia.


-Entonces no voy a quitarte el tiempo. 


-Tu intromisión es lo más interesante que ha pasado.


-Creí que solo era mi percepción.


Él se puso en pie y se acercó a ella.


-Te llevaré a tu palco.


-No quiero interrumpir tu trabajo.

-Eso ya lo dijiste.


Ella sonrió y abrió la puerta. Ambos salieron hacia el pasillo y caminaron en silencio iluminados por la lámpara que él había improvisado con su celular.


-Por qué tardaste tanto  -preguntó su madre intrigada.


-Apagaron las luces antes de que pudiera encontrar mi palco, entré por error a otro y permanecí ahí hasta que uno de los chicos del staff me trajo.


-Tu celular no ha dejado de vibrar.


-¿Viste de quién se trata?


-Demian.


-Lo llamaré después -sonrió al ver que Max la estaba observando.


-No dejará de llamar hasta que no logre comunicarse contigo.Tal vez ya está en Milán.

-Entonces debiste contestar y decirle que estaba en el tocador.


-No puedo hacer eso, sabes que no me gusta invadir tu privacidad.


-Bien, lo llamaré cuando termine el concierto.

-Hazlo ahora o no dejará de llamar hasta que logre comunicarse contigo y eso implica que tal vez llame a tu padre a su teléfono.


-De acuerdo, de acuerdo lo llamaré de inmediato.


-Podría ser importante tesoro.

-Con él no hay cosas importantes, solo caprichos -murmuró y se puso en pie saliendo nuevamente del palco.

Ella caminó por el pasillo hasta las escaleras sujetando ese estorboso vestido que la habían obligado a ponerse. Pensó dos veces antes de llamar a Demian y cuando finalmente se decidió pasó lo que suponía. Él estaba alterado.


Su voz se escuchó por los pasillos, Derek se ocultó detrás de una columna, vio entonces que un hombre se acercaba lentamente a ella. Se quitó el auricular y desenfundó su arma mientras ella siguió discutiendo en el teléfono.

Se recargó en la baranda, pensó en lanzar el teléfono al suelo, estaba harta de que su novio le diera órdenes.

Derek guardó su arma pero permaneció oculto y sin hacer ruido, observando atento el espectáculo, estaba sorprendido por la actitud que la joven había tomado.


A decir verdad ella era interesante, le hubiera gustado conocerla en otras circunstancias, que no lo viera como a un empleado sino como a un prospecto.

Samanta vio a ese chico del Staff nuevamente parado frente a ella parecía nervioso.


-¿Me estabas espiando?

-No, escuché voces en el pasillo y decidí investigar si todo estaba en orden.

-Oculto detrás de una columna -preguntó.

-No quise participar en aquella acalorada discusión.


Ella se ruborizó, bajó la mirada y se giró caminando hacia las escaleras sin decir una palabra, luego se detuvo y prosiguió.

-Solo hablamos.

-Solo hago mi trabajo.

-¿Espiar es tu trabajo?

-No estaba espiando.


-Pues tienes una excelente audición. No imaginé que desde el palco se escuchara nuestra conversación, en especial con los gritos de mi hermana en el escenario. 

-Debo hacer rondas por el teatro, solo coincidió que pasara a tu lado en el momento en el que hablabas en voz alta con quien asumo era tu novio.

-Mi vida personal no es de tu incumbencia.

-Lo sé, por desgracia necesito cuidarte de modo que no tienes más opciones que soportarme.

-Soportarte, vaya lío.

-¿Volvemos adentro?

-Si no queda más remedio.


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