Nina entre abrió los ojos, la luz del sol que se filtró por las cortinas de seda blancas le causó una severa molestia, volvió a cerrarlos de inmediato. Estaba confundida y la resaca le había ocasionado un terrible dolor de cabeza, lanzó un breve suspiro. Se giró en busca de Alexander pero no había nadie a su lado. Se levantó de inmediato de la cama asustada por no recordar con claridad lo que había pasado la noche anterior. Se puso unos jeans que sacó de su maleta y se amarró el cabello. Salió sigilosa de la habitación, caminó desconcertada hasta la sala creyendo que él aparecería en cualquier momento pero no fue así, Alexander se había marchado.
Leyó la última frase de la carta en repetidas ocasiones. Le mortificó la idea de pensar que él se había marchado para siempre. Scott tocó la puerta, entró cuando ella no respondió a su llamado. La miró fijamente sin decir una palabra. Supo que su amor no era correspondido. El recuerdo de aquel antiguo novio era más fuerte de lo que creyó.
Comentarios
Publicar un comentario