Los mismos monstruos que aterrorizaron a Sky por la noche despertaron con ella en la mañana.
Bajó las escaleras en completo letargo como si estuviera bajo la influencia de algún alucinante, en completo estado de inconsciencia y distorsionando la realidad.
Todos la miraron con compasión, compungidos y profesando una inexplicable lastima. Ella sonrió restándole importancia, caminó rumbo a la sala y cuando cruzó el pasillo se miró en el espejo que estaba colocado en la pared.
Su suéter negro de cuello alto y el cabello recogido en un chongo, sin nada de maquillaje y con unas ojeras pronunciadas la hicieron cuestionarse si todo era parte de un sueño o de verdad había pasado.
Intentó sonreír pero su boca no pudo curvarse, como si hubiera perdido su esencia.Cuando entró a la sala vio la foto de Axel y entonces recordó el accidente.
Cerró los ojos y sintió que todo le daba vueltas, Robert, su padre la detuvo del brazo y la miró fraternal.
Necesitaba salir de ahí antes que la inmensa tristeza que sentía terminara por arrancarle la vida.
-Todo estará bien -dijo intentando calmarla-. Algún día despertarás de esta pesadilla y cuando eso suceda verás las cosas de otro modo.
-¿Dime cómo lo hiciste? ¿cómo superaste la muerte de mamá? porque siento que esta angustia me sofoca pero sigo aquí -susurró llena de dolor intentando contener sus lágrimas.
-Llora hija, llora hasta que no puedas más.
-¿Señora Miller, podemos empezar? -preguntó el sacerdote.
-Háganlo ustedes yo necesito tomar un poco de aire.
Sky salió corriendo de la casa, afuera todo lucía diferente.El sol brillaba de manera peculiar y el aire trajo consigo el exquisito aroma del pasto recién regado y la tierra húmeda.
Tomó una profunda bocanada de aire y cerró los ojos, por un segundo dejó de pensar y se centró en sentir el aire rozando delicadamente su rostro, como si intentara secar sus lágrimas sin tocar su rostro.
Bajó las escaleras en completo letargo como si estuviera bajo la influencia de algún alucinante, en completo estado de inconsciencia y distorsionando la realidad.
Todos la miraron con compasión, compungidos y profesando una inexplicable lastima. Ella sonrió restándole importancia, caminó rumbo a la sala y cuando cruzó el pasillo se miró en el espejo que estaba colocado en la pared.
Su suéter negro de cuello alto y el cabello recogido en un chongo, sin nada de maquillaje y con unas ojeras pronunciadas la hicieron cuestionarse si todo era parte de un sueño o de verdad había pasado.
Intentó sonreír pero su boca no pudo curvarse, como si hubiera perdido su esencia.Cuando entró a la sala vio la foto de Axel y entonces recordó el accidente.
Cerró los ojos y sintió que todo le daba vueltas, Robert, su padre la detuvo del brazo y la miró fraternal.
Necesitaba salir de ahí antes que la inmensa tristeza que sentía terminara por arrancarle la vida.
-Todo estará bien -dijo intentando calmarla-. Algún día despertarás de esta pesadilla y cuando eso suceda verás las cosas de otro modo.
-¿Dime cómo lo hiciste? ¿cómo superaste la muerte de mamá? porque siento que esta angustia me sofoca pero sigo aquí -susurró llena de dolor intentando contener sus lágrimas.
-Llora hija, llora hasta que no puedas más.
-¿Señora Miller, podemos empezar? -preguntó el sacerdote.
-Háganlo ustedes yo necesito tomar un poco de aire.
Sky salió corriendo de la casa, afuera todo lucía diferente.El sol brillaba de manera peculiar y el aire trajo consigo el exquisito aroma del pasto recién regado y la tierra húmeda.
Tomó una profunda bocanada de aire y cerró los ojos, por un segundo dejó de pensar y se centró en sentir el aire rozando delicadamente su rostro, como si intentara secar sus lágrimas sin tocar su rostro.
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