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No sólo yo.


A menudo me pregunto si cometí un error al casarme con él, ¿en qué momento me convertí en un mueble más de esta casa?
George se sentaba a leer el periódico en su sillón favorito después de cenar, mientras yo,  levantaba los platos.
Podría tirarme al piso y retorcerme y aún así él no se dignaría a interrumpir su lectura y voltear a verme, es frustrante, todo aquí es frustrante.
El sonido de la música que la señora Gillian pone cada noche, el ruido del motor del señor Lucas mientras intenta componer su auto y la molesta respiración de George que taladra mis oídos cada vez que inhala.

¿En qué momento nos dejamos de amar? ¿Cuándo nos atrapó la monotonía del matrimonio?
Quizás nos casamos muy pronto, si volviera el tiempo atrás haría muchas cosas de manera diferente, no me casaría con él sabiendo lo raro que es, que era...en que se convirtió cuando descubrimos que no podíamos tener bebés.

A veces se me olvida que no solo yo sufrí con la noticia, él también dejó de sonreír, de vivir.

Saqué del closet un viejo baúl lleno de recuerdos, fotos y polvo.
La última fotografía que nos tomamos fue meses antes de que recibiéramos esa terrible noticia. Recuerdo que lloré hasta que no me quedaron lágrimas en los ojos, recuerdo que mi corazón se hizo trizas, en cambio él solo se apartó de mi, como si no le hubiera importado.
Empezó a llenarse de trabajo, de planes y proyectos y rara vez estábamos juntos. Al principio me dolió pero con el paso del tiempo dejó de importarme, tal vez era su manera de desentenderse del dolor, de no afrontarlo, tal vez me odiaba.

Lamenté haber guardado ese resentimiento durante tanto tiempo, no debimos seguir juntos si entre nosotros todo había terminado.

Regresé las cosas a su lugar y mientras colocaba el baúl en el closet entró a la habitación, casi tropecé con él al darme la vuelta, me miró como hacía tiempo no lo hacía y después me abrazó como si el mundo se fuera a terminar en ese instante.
Tenía mucho tiempo sin sentir el calor de sus brazos y bastó un instante para darme cuenta que nuestro amor no había terminado, tan solo había tomado una pausa.




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