Ir al contenido principal

Sienna.

Sienna había vuelto a casa tras 7 años de estar lejos. Ya no era la pequeña niña que Lola recordaba.

-¿Cómo estás pequeña? -se acercó queriendo abrazarla.

-Bien, gracias -respondió limitándosela a sonreír.

-Soy Lola, ¿no me recuerdas?

-Claro.

-¿Mi padre?, tienes alguna idea de por qué no fue por mí al aeropuerto.

-Llegará más tarde, ordeno que tuviéramos todo listo para tu regreso. Tu habitación está lista.

-Eso no fue lo que te pregunté.

-Lo sé pero él no quiso que te diéramos más detalles al respecto.

-¿Conoces a su nueva esposa?

-No, para todos fue una sorpresa la noticia de su boda y tampoco conocemos a esa señorita.

-Lleva las cosa a mi habitación, yo iré a dar un paseo.

-Le diré a Luis que te lleve.

-No, tomaré uno des los autos que están en el garaje.

-Pero...

-Qué, ¿algún problema?.

-Es que no creo que a tu padre le agrade que tomes las cosas sin su permiso.

-Me parece que ese no es tu problema. Ya me las arreglaré con él cuando decida aparecerse, aunque dudo mucho que le importe estando tan ocupado con su nuevo amor. Por cierto, si vuelve antes que yo, dile que decidí ir a una fiesta.

-¿Una fiesta?

-Sí.

-¿De quién?

-Qué más da.

-Es que me parece tan extraño, estuviste internada por años.

-Sí y el haberme encerrado no me dejó sin amigos así que te veré después Lola.

Sienna salió de la casa, arrancó el primer auto que encontró y se marchó. No tenía idea de a dónde iría, lo único que deseaba era alejarse de la casa que tantos recuerdos le traía.

Se detuvo en el mirador y ahí permaneció hasta que anocheció. El ruido de la música proveniente del exterior hizo que despertara. Bajó del auto y atravesó el estacionamiento hasta llegar al parque, justo en el centro se encontraba un pub. Volvió corriendo a su auto y se amarró el cabello, colocó un poco de lápiz labial en su rostro y lo extendió por sus mejillas, se quitó la camisa que llevaba y la amarró en la cintura para después volver al lugar.

Un hombre corpulento le puso un sello en la muñeca y después quitó la cadena de la puerta cediendo el paso.

Sienna atravesó el pasillo hasta llegar a un salón, al entrar se encontró con un montón de escaleras, las bajó pero se detuvo en el descanso, observó la pista que estaba ligeramente llena, en el centro del lugar se encontraba el bar. 

Para ella todo eso era completamente diferente. Se acercó al bar y se sentó en uno de los bancos que estaban vacíos.

-¿Qué te sirvo? -preguntó un joven vestido de negro y con el cabello relamido.

Ella sonrió y movió la cabeza, el barman puso un caballito de tequila sobre la barra y se lo dio.

-Bébelo -ordenó de manera cordial- va por la casa.

Ella lo tomó y tras dejar el vaso se llevó las manos a la boca, nunca había bebido, mucho menos tequila. Sintió que su garganta se estaba quemando y empezó a toser.

-¡Qué es esto!

-Tequila -dijo y le sirvió otro caballito, esta vez con una rodaja de limón y un poco de sal.

-No, no creo poder tomar otro igual.

-Claro que puedes. Toma el limón, ahora pon un poco de sal sobre el dorso de tu mano. ¿Lista?, lame la sal, ahora el limón y ahora el tequila.

Con el segundo caballito Sienna se sintió mareada, cerró los ojos por la acidez del limón pero le encantó la armonía que tenía con el tequila.

-Con el tiempo te acostumbrarás a su sabor.

-Lo dudo.

-Soy Mau.

-Encantada Mau. ¿Tienes un cigarro?

-No puedes fumar adentro.

-Entonces iré afuera.

-Mi descanso empieza en 20 minutos, ¿te puedo alcanzar afuera?

-Seguro.

-Hey, no me has dicho tu nombre.

-Sienna.

Ella se puso en pie y caminó hasta la puerta, se sintió tan mareada que tuvo que agarrarse de la baranda para no caer.

Cuando logró llegar afuera, se sentó en una de las jardineras del parque. Entonces se dio cuenta de que no tenía un encendedor. Sujetó el cigarro entre sus dedos y esperó a que Mau saliera.

Mientras esperaba todo empezó a darle vueltas, nunca había bebido y acababa de tomar 2 caballitos de tequila. Sujetó su cabeza con su mano.

-¿Sienna?

Ella alzó la cabeza y observó al hombre que estaba frente a ella. No se trataba de Mau quién estaba ahí, era alguien a quien jamás en su vida había visto.

-¿Quién eres?

-Soy amigo de Mau, me envió a decirte que no vendrá, tuvo un contratiempo con su horario de descanso. Si quieres puedes esperarlo.

-No, creo que mejor me voy, no me siento muy bien.

-¿Nos conocemos?

-No -respondió y se puso en pie tambaleándose un poco.

Él sostuvo su brazo. 

-¿Bebiste?

-Un par de tequilas, ¿quién eres?

-Soy amigo de Mau, ya te lo dije.

-Quieres soltarme por favor.

-Ibas a caer.

-Pero no lo hice.

-Porque te detuve.

-Ay por favor yo lo hubiera evitado, no necesitaba tu ayuda.

-¡Bien! -dijo y la soltó.

Sienna siguió caminando. Él la siguió.

-Sabes que esta parte del parque es peligrosa.

-No.

-Pues lo es.

-No me digas -dijo y siguió caminando.

-Entonces no vas a detenerte.

-No...

-Supongo que tendré que acompañarte.

-No.

-Ay, ay, ay vaya que eres testaruda.

-Y tu entrometido. ¿Quieres hacer algo por mí?

-Sí.

-Dile a Mauricio que fue un gusto conocerlo y que a la otra, no envíe emisarios. 

Sienna volvió a su auto y se dirigió a su casa. Al llegar encontró las luces encendidas, imaginó que su padre podría haber llegado. No tenía ganas de hablar con él, mucho menos de conocer a su esposa.

Apagó el auto y se quedó afuera de la casa un buen rato, pensó en su madre y en su hermano, en cómo eran las cosas antes del accidente y cerró de nuevo los ojos esperando que todo hubiera sido una pesadilla.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

The Deal – First Chapter

Two years of interning at Sykes & Williams opened up many doors for Kyle Carter and his friend Matt Vaughn. They came to know major players in California business and both received offers to become salaried employees at Sykes & Williams. Both remained in the company for a few years so they could continue to make important connections and fine tune their skills. After that, Kyle and Matt were ready to start up Carter Health. The name was decided upon after a lengthy conversation. The sound made by a "C" was more recognizable and friendly. “V” was considered too be intimidating and snobbish, so Matt bought it. Carter Health was comprised of three small to midsized insurance providers. They ingratiated with them while they were still at Sykes & Williams. They billed themselves as a fresh innovative HMO ready to take on new providers. While true, they needed to grow their business quickly. “We have a zero margin for error, Matt. We have a trickle of cash flow a

El domo parte 2

Nada de lo que había pasado la noche anterior había sucedido realmente. Ese fue el primer pensamiento que Alexa tuvo al despertar. Se sentía mareada, como si no hubiera descansado en toda la noche, una fuerte ráfaga de aire entró por su ventana tirando al suelo el florero que estaba en la mesa. Corrió a cerrar la ventana y se cortó el pie con uno de los vidrios, entonces sujetó su pie y buscó un paño con el cual detener la sangre que brotaba y así poder llegar al baño para limpiar la herida. Abrió la llave del agua caliente de la bañera y se sentó a un lado, al retirar el paño se sorprendió al ver que estaba seco y limpio. El vidrio aún estaba incrustado en su pie pero no había sangre y la herida cerró tan pronto lo sacó. Recordó encantes que nunca había visto su sangre, nunca se había cortado, ni fracturado un hueso, nunca había faltado a la escuela a causa de una enfermedad, no sabía lo que era tomar medicinas. Cerró la llave cuando el baño se llenó de vapor, limpió el espejo con su