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Una difícil decisión.

 No podía evitar sentirme culpable, era como si lo estuviera engañando y eso me hacía sentir miserable.

El lunes entré a la consulta fingiendo que todo iba viento en popa, lo cierto era que había decidido, tal vez, cambiar de doctor.

Era cuestión de tiempo y el reloj comenzaba a taladrar mi cabeza, o tomaba el tratamiento o buscaba una segunda opinión.

-¿Cómo estás?

-Bien -respondí acomodando mi espalda en el sillón.

-He estado hablando con Sergio estos últimos días, hemos hablado de tu caso en especial y de lo complicado que resultaría una maniobra mal planeada.

-¿Acaso no hay forma de saber cómo podría quedar?, algo así como planear la cirugía antes de realizarla.

-Bueno para eso están los modelos.

-Claro, pero algo más tecnológico.

-Eso viene más adelante.

Oh Dios, cómo decirle que ya no pensaba operarme, al menos no tan pronto y tal vez no con él. Vaya dilema en el que me encontraba.

No tenía dudas de que me encontraba frente a un eminente doctor, reconocido, que había estudiado en Europa, que tenía un montón de títulos y especialidades pero sobre todo referencias.

-Sí, eso imaginé.

-Pues bien, tenemos todo listo para que tu cirugía salga lo mejor posible.

-Sabe, tengo un poco de miedo ante el hecho de quedar anclado un par de semanas, la cosa es que me produce ansiedad. ¿Es eso necesario?, ¿existe alguna otra manera de que las cosas cambien?

-Ninguna, tenemos que inmovilizarte unos días, todo con tal de que la cirugía resulte lo mejor posible.

-Escuché que ya no hacen eso.

-Algunos cirujanos ya no operan de esa forma, el resto sí. Es completamente normal que tengas dudas y miedos pero aquí estamos para despejarlas.

-Han sido días difíciles doctor en especial porque la zozobra me está matando. Sé que aún faltan meses para la cirugía pero si quiero operarme en abril el tiempo apremia según su plan.

-Podrías operarte en verano.

-Sí, eso estaba pensando como segunda opción.

Incluso buscar una tercera, una quinta una enésima opinión antes de meterme en problemas.

-Todo va excelente contigo. Si decides iniciar el tratamiento te espero el mes entrante, sino en seis meses.

Salí del consultorio sintiéndome peor de como entré, a final de cuentas no le había dicho lo que pensaba hacer, seguí engañándolo. Claro que no tenía ningún contrato firmado con él, yo era un cliente más, uno que podía irse con otro prestador de servicios.

Lo importante aquí era que ese prestador de servicios fuera lo suficientemente bueno porque de no ser así, no habría vuelta atrás, no podría regresar con la cola entre las patas con el doctor a decirle "me equivoqué" arregle el problema. 

Caminé por la calle hasta llegar al estacionamiento. Me subí al auto y esperé ahí un par de minutos antes de arrancar. La radio no dejaba de sonar pero yo no escuchaba música, estaba fuera de mí.

Sentí como si hubiera vivido un dejavú, de pronto hasta vi el futuro, ese futuro en el que él no era mi elección final. Entonces qué diablos hacía ahí esperando, debía arrancar y desaparecer, jamás volver con el doctor, me convertiría en un paciente más del que no tendrá memoria en un par de años.

Mientras manejaba rumbo a casa me detuve en un semáforo y volteé a ver uno de los espectaculares "Sonrisa perfecta", nadie tiene una sonrisa perfecta, lo estético pasaba a segundo termino cuando te ponías a pensar en qué era lo que realmente importaba, en este caso, mí caso lo fundamentalmente importante era poder respirar de manera adecuada. 

Nadie nunca te dice la importancia de tener un buen dentista, un buen odontólogo. La mayoría de las personas buscan al que está más accesible y ese es un grave error.  Aprendí que en cuestión de higiene bucal debemos buscar al mejor, es decir no pones cualquier otro órgano de tu cuerpo en manos de un charlatán, ¿cierto?. 

Entonces por qué razón pones tu boca en manos de cualquier dentista.

Al llegar a casa tomé todos los estudios que había sacado y me senté en el sofá unos minutos. Le marqué al otro ortodoncista y agenda una cita con él. Las opciones que tenía eran quedarme con la duda y entregarme solo a un tratamiento o explorar más opciones.

Dan entró por la puerta minutos después con una bolsa llena de grasa. Había comprado hamburguesas y papas. Le sonreí pensando que si no me atendía no podría volver a comer esas delicias.


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