Capítulo 5
parte I
La familia West vivía en una lujosa mansión en bel air rodeada por una senda arbolada.
Alexander se detuvo un par de segundos y este se abrió automáticamente,descendió la pendiente y mientras la hacía el señor West observó una parte del jardín trasero, estaba rodeado por hermosas petunias que gracias al reflejo de la luz proveniente del domo de la piscina parecían lavanda.
En el centro y justo frente a la entrada principal se encontraba una enorme fuente de mármol rosa lleno de ninfas, el agua que se deslizaba cambiaba de color con las tonalidades de los focos que estaban en el interior, las miró con nostalgia.
Cuando finalmente se estacionó, apagó el auto pero dejó las llaves pegadas al switch y bajó apresurado para ayudar a su abuelo quien ansioso abrió la portezuela.
Volteó maravillado a ver la entrada de la casa custodiada por enormes columnas corintias en tonos rosados y lanzó un suspiro.
Alexander lo sujetó del brazo y ambos ascendieron lentamente las pronunciadas escalinatas que conducían a la puerta de roble rodeada de piedra cincelada.
El señor West se detuvo agobiado, tomó una profunda bocanada de aire y le sonrió a su nieto para no preocuparlo.Al llegar a la entrada giró el picaporte e intentó empujar la puerta, jamás le había parecido que fuera tan pesada como en ese momento en el que consideró innecesario el empotrado en herrería que la decoraba.
Kenneth estaba parado en medio de la sala muy cerca de la ventana en donde bebía plácidamente una copa de cognac y observaba el atardecer a pesar de la intensa luz del sol.
Jennifer, quien había regresado antes que Evangeline a Los Ángeles, estaba sentada en uno de los cómodos sillones capitone se encontraba en el cuarto contiguo leyendo un libro y tomando un té.
El repentino alboroto que produjeron el mayordomo y el ama de llaves al dirigirse rumbo a la puerta principal lo hizo voltear, dejó su copa en la mesa de centro y se ajustó la corbata, volteó discreto a ver a su esposa quien de inmediato se levantó de su lugar y corrió al recibidor ignorándolo por completo.
El señor West entró erguido, completamente renovado a su casa seguido por Alexander quien llevaba su maleta y aprovechó el revuelo que se armó para regresar al auto por la maleta de su abuelo y subirla a su habitación.
Jennifer se acercó a abrazarlo y ordenó preparar la mesa. Kenneth se aproximó indiferente con las manos en los bolsillos y con un tono frío le dio la bienvenida su padre.
El señor West le dio una palmada en el hombro y tomó a Jennifer del brazo para dirigirse al comedor.
Kenneth lanzó una mirada hostil hacia Alexander quien bajó las escaleras apresurado y se dirigió a la puerta sin despedirse.
-Así que no te quedarás a comer, es una completa descortesía hacia tu abuelo.
-Él sabe a donde voy.
-¿Y se puede saber a dónde es que te diriges con tanta prisa?
-Ya lo sabrás.
-¿Se trata de otra sorpresa? No me vas a salir con que te casaste en Praga.
-¿Te molestaría que lo hubiera hecho?
-Para ser sincero sí, tenía la esperanza de que retomaras tu relación con Nola,te conviene.
-Veo que no quitas el dedo del renglón.
-Sólo quiero lo mejor para ti.
Alexander sonrió burlón y abrió la puerta, antes de que pudiera salir se detuvo y regresó.
-No voy a ser parte de tus caprichos y para que de una vez desistas de tu idea te diré que estoy saliendo con alguien.
-¿Con quién?
-La conocerás a su debido tiempo.
-¿Alguna cliente tuya? -preguntó sarcástico haciéndolo palidecer, Kenneth sonrió satisfecho por su comentario- Así que aún no se lo dices a tu abuelo, estará más que complacido de escuchar sobre tus talentos.
-Adiós papá.
-Espero que esa chica valga la pena, tenga la mitad de la belleza de Nola y su dinero.
-¿Y si no qué, me impedirás estar a su lado? ¡No seas ridículo!
-¡Alexander! -gritó Jennifer molesta- ¡No le hables así a tu padre!
-Lo siento mamá pero no regresé para tolerar sus insultos.Tengo que irme, se hace tarde y no quiero hacer esperar a Eve.
-¡Esto es una locura! ¿Se atrevió a venir? -preguntó incrédulo.
-¿Qué esperabas? Esta preocupada por la salud de su abuelo, desde luego que tenía que venir a verlo. ¿Hay algún problema?
-¡No entrará a esta casa mientras yo este aquí!
-Entonces vete -interrumpió el señor West.
-¡Papá! ¡Cómo puedes permitir que ella regrese después de lo que nos hizo,nos deshonró, me humilló, desprestigió el apellido!
-Los tiempos cambian Keny, a nadie le importa eso además estoy ansioso por conocer a mi bisnieta, Alex dice que es adorable.
-¡No puedes estar hablando en serio!
-Deberías dejar de lado la amargura y alegrarte un poco,te estas perdiendo la mejor parte de envejecer.
-Veo que el estar al filo de la muerte te ha vuelto un sabio consejero, no te ofendas papá pero se educa con el ejemplo -dijo y salió de la mansión empujando a Alexander.
El señor West lo miró decepcionado, metió las manos en sus bolsillos y se dio la vuelta para regresar a la mesa.
-Algún día entenderá -dijo Jennifer.
-Será mejor que me de prisa, se hace tarde -interrumpió Alexander y salió de la mansión.
-No dudes en llamar si necesitas algo -respondió ansiosa Jennifer y alcanzó al señor West.
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