Derek Loyd era un atractivo abogado de aproximadamente 60 años.Divorciado y al igual que Jennifer víctima de un engaño, con 2 hijos.Sin duda era un hombre interesante pero sobre todo alguien en quien podía depositar toda su confianza.
Jennifer sintió un gran consuelo al tenerlo a su lado. A pesar del sufrimiento que tenía en su interior y ambos regresaron a la fiesta.
Ante la devastación que sentía por la traición de su esposo tuvo que sonreír frente a las cámaras.No podía darse el lujo de sentir tristeza en medio del magno evento que se llevaba a cabo en su honor.
Súbitamente sintió una terrible curiosidad por conocer a la mujer que le había robado su matrimonio.
Eran las 11:40 de la noche cuando el incesante golpeteó de la puerta hizo que Nola abriera los ojos, se puso su bata y bajó lentamente las escaleras, se asomó por la mirilla y al ver que se trataba de Kenneth abrió apresurada la puerta haciendo que él cayera al suelo.
-¡Qué diablos te pasa! ¿Y tus llaves?
-Las olvidé o las perdí, no lo se -respondió arrastrando la voz.
-¡Estas borracho!
-¡No vuelvo a subestimar tu inteligencia! -respondió burlón y se arrastró hasta ponerse en pie.
-Creí que estarías en la cena.
-Estuve, estoy...nadie notará mi ausencia.Jennifer esta bastante ocupada atendiendo a todos esos reporteros interesados en su libro, además debe estar planeando cómo quitarme hasta el último centavo de mi fortuna o bueno, al menos eso es lo que ella cree.Si supiera que estoy en la ruina el trámite sería menos doloso.
-Cuando bebes de esa manera eres tan irreverente.
Kenneth se acercó tambaleándose a la barra,se sentó y se sirvió un whiskey.
-No deberías seguir bebiendo.
-En realidad no he tomado tanto como crees, me tomé un analgésico antes de venir, no soportaba el dolor de cabeza.Los reclamos de Jennifer en verdad me sacan de quicio.
-¿Y se puede saber qué te reclamó esta vez? -preguntó cruzando los brazos.
Kenneth la miro con indiferencia, le dio un trago a su vaso y prosiguió.
-Confirmó que tengo una aventura.
-Entonces ¿le dijiste lo nuestro?
-En parte.
-¿A qué te refieres?
-Tu misma lo hiciste.Si hubieras tenido un poco de sentido común no me habrías llamado al celular, claro que no puedo pedir mucho de ti. ¿O qué, me vas a decir que no lo hiciste a propósito? -preguntó molesto.
-¡No!
La contempló un instante y sonrió mientras sostenía el vaso.
-Si no fueras tan hermosa estaría realmente molesto contigo por haber cometido tal estupidez aunque, pensándolo bien, me hiciste un favor.
-Yo no sabía que estabas en tu casa.
-¡Por favor! ¿En dónde más podría estar? Sabías que tenía la cena de gala esta noche. ¡Cuántas veces te pedí que no llamaras!
-Necesitaba hablar contigo.
-¿En serio, para qué?
-No lo se, sólo hablar, escuchar tu voz -dijo desesperada-. Supuse estabas molesto conmigo por lo que pasó la otra noche.
-¡Cielos, eres realmente hermosa! como un lienzo trazado por Da Vinci, podrías conseguir tantas cosas con tu belleza, seducir a tantos hombres y enloquecerlos de la misma manera en que lo hiciste conmigo -dijo mientras acariciaba su cabello.
-Estoy contigo -musitó.
-Mi padre -dijo y se levantó de la silla- quiere dejar el poder de la siderurgia en manos de su nieto favorito.Apenas salió del hospital y parece que ya tenía todo preparado.Como si supiera que Alexander regresaría corriendo ante cualquier provocación, me usó, y en cuanto ya no me necesito me desechó.¡No sabes las ganas que tengo de darle un escarmiento al viejo! Echarle en cara sus errores.
-Bien pues te tengo una propuesta.
-¿Una propuesta? -se giró y la miró extrañado.
-Tú quieres vengarte por lo que te hizo tu padre y, qué mejor manera de hacerlo que dándole en donde más le duele.
-Alexander... -susurró.
-Voy a ayudarte a convencerlo de que fragmente la empresa, será como si una daga hiriera lo más profundo de su corazón.Estoy segura que una traición así no la olvidará jamás.
-¡Vaya! -sonrió satisfecho- Eso sí que es una verdadera sorpresa.
Kenneth se acercó lentamente a ella, deslizó sus manos sobre su cintura y comenzó a besarle el cuello.
-Mi hijo esta loco -le susurró al oído- aunque me hubieras sido infiel jamás te habría dejado, no imagino vivir sin tu cuerpo, sin tu aroma o la humedad de tu boca.Sin esa maldad tuya que me enloquece.
Nola se apartó arrepentida de lo que acababa de proponerle.
-¿Qué pasa ahora?
-No soy mala, hago todo esto por ti,porque te amo.
-Lo sé, y dime ¿cómo piensas convencerlo entonces?
-Bueno, Alexander es muy noble y el tiempo cura las heridas así que si tengo un poco de suerte puede aceptarme de vuelta en su vida en especial, si me muestro totalmente arrepentida y me gano su confianza apoyándolo.Sólo tengo que encontrar su punto débil.
-El próximo fin de semana será la boda de mi hija.
-¡Se casa! No me lo habías mencionado.
-Es que todo fue tan repentino, con la enfermedad de mi padre Alexander y Evangeline regresaron de Praga.Resulta que la bastarda...
-Tu nieta.
Él la miró con rencor por su desatinado comentario.
-Es hija de William.
-¡De William! Entonces debes estar feliz, él viene de una buena familia.
-Digamos que ya no estoy tan molesto con ella por lo que hizo.El tipo quiere casarse lo antes posible porque se irá de gira o algo así, el punto es que Jennifer insistió en hacerle una ceremonia privada en la casa de Malibú.Estaba pensando que podrías aparecer como invitada y ahí acercarte a Alexander.
-¿Qué hay de Jennifer? Sabes que nunca le he caído bien.
-Ella no dirá nada, esta deprimida por que su matrimonio perfecto terminó igual que el de sus amigas.
-¿Y con qué pretexto podría asistir a la boda?
-Yo te invité, nadie se atreverá a cuestionar mis decisiones eso te lo garantizo.Voy a disfrutar la escena, en especial cuando te presentes ante su nueva conquista como la ex novia.
Kenneth la estrechó entre sus brazos y deslizó su bata por sus hombros hasta dejarla caer al suelo.
-¿Esta saliendo con alguien? ¿La conoces?
-¡Maldita sea Nola deja de hablar! -se alejó de ella molesto y regresó a la barra.
-Lo haré en cuanto me digas cómo es.
-No la conozco pero dudo que sea tan hermosa como tú-respondió y aprovechó para terminarse su bebida.
-Nadie lo es -susurró-, supongo entonces que encontré su punto débil -respondió fingiendo que no le importaba en absoluto que Alexander finalmente la hubiera olvidado.
Kenneth la sujetó con firmeza del cuello y se lanzó sobre ella haciéndole el amor.
Nola de verdad lo amaba, cada entrega era total y sincera pero, no estaba segura de lo que él sentía.Tenía el ligero presentimiento de que la estaba usando y cuando se hartara de ella la dejaría a la deriva.
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