El camillero entró al cuarto y colocó a Nina en la camilla, la enfermera colocó el suero sobre el regazo de la joven y Marcus tomó su mano.Mientras se dirigían a planta baja acarició su rostro y contuvo sus ganas de gritar por la frustración que le provocaba verla en ese estado tan decadente.
Se sentó en unas sillas en la sala de espera y cruzó la pierna pensativo.
Un hombre de aproximadamente 34 años, robusto con el cabello relamido y un saco oscuro se acercó a él.
-¿Señor Morgan?
-¿Sí?
-Siento molestarlo, soy el detective Simons -mostró su placa- quisiera hacerle un par de preguntas si no le importa.
-Trabaja usted muy temprano.
-Sólo cuando tengo un caso que me interesa resolver.
-Ya veo.
-¿Puede acompañarme? Será mejor que hablemos en un lugar privado, lo que le voy a decir es confidencial.
-De acuerdo.
Simons abrió la puerta y ambos caminaron hasta la cafetería, salieron a la terraza y se sentaron en una de las mesas.
-Supongo que el Doctor Philips ya lo puso al tanto de lo sucedido.
-Lamentablemente sí.
-Luego de la denuncia que hiciera el hospital respecto a las supuestas agresiones de las que su hija fue víctima volvimos al lugar de los hechos a realizar la investigación pertinente.Supongo que usted estaba al tanto de la relación que su hija mantenía con el señor O'conell.
-Así es.
-Sabrá entonces que el señor O'conell vivía en uno de los departamentos del conjunto Da Vinci y que la señorita Morgan compartía con él.
-Desde luego -respondió cortante.
-¿Alguna vez fue testigo de algún tipo de violencia que él ejerciera sobre ella?
-No.
-Encontramos las maletas de la señorita Morgan en el departamento, como si fuera a mudase.¿Sabe usted si habían peleado?
-Esas cosas debería preguntárselas a ella.
-Uno de los vecinos del edificio nos refirió que vio salir a un joven luego de que escuchara gritos en el departamento del señor O'conell ¿tiene usted idea de quién pudo ser?
-¿Por qué habría de saberlo?
-Las hijas mantienen un vínculo de complicidad con sus padres, quizá Nina le mencionó que salía con alguien más.
-¡Discúlpeme detective...!
-Simons, detective Simons. ¿Qué hizo ayer?
-Estaba en Long Beach atendiendo un negocio.
-¿En dónde trabaja?
-Soy socio en Barnes, escuche detective no entiendo por qué me esta interrogando a mi y no a Ryan, él es el único culpable de toda esta desgracia.
-Señor Morgan, hallaron el cuerpo sin vida del señor O'conell.
-¡Qué cosa! -dijo impresionado.
-Tenemos un detenido, encontramos sus huellas y su ADN en el lugar. Creemos que se trató de una discusión de amantes, un triángulo amoroso. Dígame ¿el nombre de Alexander West le suena familiar?
-¿Alexander West? -tartamudeó- Es un amigo de mi hija.
-Escuche necesito la declaración de la señorita Morgan -sacó su tarjeta- en cuanto ella despierte le agradecería que me llamara de inmediato.
-Desde luego.
-Gracias por su tiempo -añadió y se dispuso a marcharse.
-¡Detective!
-¿Dígame? -se detuvo y regresó- Mencionó que encontraron el ADN de Alexander en el departamento de Ryan.
-Así es.
-¿Cómo fue que lo identificaron? ¿Acaso tenía antecedentes?
-En absoluto, nos reportaron del hospital que recibieron a un herido con arma blanca, de hecho nos facilitaron las cosas, al parecer el señor O'conell y el señor West tuvieron una pelea.
-Entiendo.
-De acuerdo, muchas gracias por su cooperación.
Marcus tomó su celular y llamó de inmediato a Loyd, necesitaba ponerlo al tanto de la situación legal de Alexander.Le pareció que merecía su ayuda si fue capaz de enfrentar a Ryan y defender a su hija.
Cuando terminó su llamada entró a la cafetería y para su sorpresa fue interceptado por Nathan y Amy.
-¡Señor Morgan, que bueno que ya esta aquí! -gritó Amy y corrió a alcanzarlo- No sabíamos en donde buscarlo, ¿ya le dijeron como esta Nina? -cuestionó ansiosa.
-Sí -respondió turbado- ella esta recuperándose.
-¿Qué sucede Marcus? -preguntó Nathan al ver su actitud.
-Asesinaron a Ryan.
-¡Qué! -Amy no pudo evitar su sorpresa- no puede ser, ¿no estará sugiriendo que Nina...? -hizo una pausa, no se atrevió a completar la pregunta.
-No Amy, ella no es sospechosa más bien Alexander.
-¡Oh Dios mío no puede ser! Él esta internado en el hospital.
-¿Quién te dijo eso? -Preguntó Nathan consternado- El detective que esta haciendo las averiguaciones.
-¡No puede ser! No lo creo, todo esto es mi culpa -insistió Amy quien no prestó atención a la conversación y se sentó en una de las sillas de la cafetería apartada de ellos.
-Las cosas son aún más macabras, al parecer Ryan -hizo una pausa y tragó saliva- Ryan, abusó de Nina.
El rostro de Marcus se ensombreció, no pudo disimular la tristeza que lo embriagó.
-¡Ese maldito hijo de perra! -gritó enfurecido haciendo que todos incluso Amy voltearan a verlo.
-¡Nathan tranquilizate! Es una suposición, le realizaron pruebas estamos en espera de los resultados.Mientras Nina no despierte y nos diga lo que pasó todo serán simples suposiciones.
-¿Y cómo esta ella, ya la viste?
-Sí,pasé la noche a su lado, ella esta delicada pero el doctor que la operó dijo que sus pronósticos de recuperación son muy buenos.
-¿Puedo verla? -suplicó Nathan.
-Sí, vamos a su cuarto. ¿Amy? -volteó a ver a la joven que estaba sentada en un rincón con los ojos llenos de lágrimas.
-Lo siento, no quiero que me vea así, los alcanzaré más tarde.
-Amy -se acercó Marcus a ella- nada de esto es tu culpa.
-¡Yo le dije a Alexander en donde podía encontrar a Nina! ¡Yo lo mandé!
-No puedes culparte por las decisiones de otras personas.
Amy lo miró sin decir una palabra, sonrió agradeciendo las palabras sin embargo prefirió quedarse sola y hablar con Alexander.
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