El lunes haría un año desde que mamá murió pero papá ya tenía a alguien que lo acompañaba por las noches.
No me pareció raro, yo misma le insistí pero al ver la facilidad con la que olvidó a mamá me enojé. Para mí él ni siquiera había sentido su partida, más bien, deseaba que fuera pronto para que él pudiera rehacer su vida. Lloraría un par de veces y luego seguiría con su ritmo habitual de vida.
Él siempre se quejaba de lo molesto que era tener que cuidarla, cambiarla, darle de comer, estaba harto y ella solo escuchaba, lo miraba fijamente mientras la luz de sus ojos se iba apagando poco a poco.
Sujetaba fuerte mi mano y a veces se quedaba dormida, cuando abría los ojos buscaba a papá en la habitación pero él aprovechaba para irse a descansar o comer u olvidarse un rato de ella y de los problemas que lo aquejaban.
Cuando llegaba la noche y todos nos marchábamos se quedaban solos, él veía las noticias, le decía que se durmiera, ella ya no quería cerrar los ojos por miedo a no volver a abrirlos y tenía razón. Eso sucedería pronto.
Siempre quería que la tomara de la mano, la suya, no la de nosotros...porque era el amor que ella deseaba.
Sufría viendo la indiferencia, la desesperación, el enojo lo harto que la situación lo tenía. No tuvo una palabra de amor en los últimos momentos, ni siquiera la tomó de la mano porque no podía dormir y ella hacía berrinches.
Una noche, la última, abrió los ojos en la madrugada, ella ya se había ido, ni siquiera supo a qué hora pasó.
Ella se marchó sin despedirse, faltaban unos días para su cumpleaños.
Lloramos, todos, papá también pero ese mismo día se puso de acuerdo con mis tíos para hacer una fiesta.
Todo fue rápido, no pretendía pasar una noche más de desvelos. Entregaron sus restos en una urna, la cargó victorioso y con el pecho erguido cruzó la funeraria y pidió su auto al valet.
Dejó su urna en la sala porque no quería deprimirse al verla y se fue a dormir a un hotel.
La nueva novia apareció mágicamente, no lo planeaba pero lo esperaba. Era alguien a quien conocía y mamá también. Supuestamente una colaboradora del trabajo, muy respetuosa.
A mi parecer era algo que venía desde antes, algo que él anisaba que pasara.
Dolía darse cuenta de que el amor eterno, ese que está en las buenas y en las malas no existía.
Seguramente pronto la conoceremos, ya la invitó a vivir con él, ahí, a la casa de mamá. Esa en donde por ahora sus retratos están en todas partes.
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