-Esto no esta bien, no debí salir contigo esa noche, ni los días siguientes, no debí contestar tus mensajes, ni verte en la comida, no debí pensar en ti los fines de semana.
-Él te dio permiso de todo eso.
-Él estaba ocupado.
-Él nunca te atiende y eso es tan triste, te deja sola, jamás te pone atención, no le interesa con quién hablas o a dónde vas.
-Esta trabajando.
-Yo jamás te haría algo así, te tendría en un pedestal y lo sabes. Necesitas a alguien que te cuide, que te ame, que se ocupe de ti.
-Él me ama, a su manera, tenemos una historia juntos.
-No de la forma en que yo lo hago.
-Tú no me amas, cuando se te pase la locura por mi me dejarás al igual que a toda la mujeres con las que seguramente has andado.
-Solo tú.
-¡Por favor!
-Bueno tal vez son varias pero solo tu me haces sentir enamorado, contigo me casaré.
-Eso es imposible.
-¿Por qué?
-Porque no me voy a divorciar.
-Podría hablar con él, decirle lo que pasó entre nosotros sabes.
-¿Lo harías?
-¿Me crees capaz? Podría hacerlo.
-Si lo haces jamás me tendrás.
-No lo haré pero pudiste haberte topado con un inmaduro que te llamara a cada momento, que no le importara ser discreto, que te metiera en problemas. Apuesto a que no lo habías pensado.
-Fue solo un beso.
-Somos amantes.
-Una vez.
-Varias veces.
-Creo que esto debería terminar.
-Te quiero.
-Renuncié.
-No lo hagas por mi, pronto volveré a Verona, nuestra relación ya no estará prohibida. Tu podrás arreglar tu situacion con tu esposo, después vendrás conmigo y nos casaremos.
-No lo hice por ti.
-Claro -respondió irónico-. Tengo una hermosa casa, será tuya.
-No te amo -dije y me puse en pie, tomé mi bolsa y lo miré por última vez-. De verdad lamento todo esto.
-Hablas en serio.
-No sabía cómo decírtelo.
-¿A dónde vas?
-Te dije que renuncié, hoy fue mi último día en la empresa.
-Debe ser una broma.
-Sobrevivirás.
-¿Por qué no me dijiste nada?
-Adiós Gabriel.
-Él te dio permiso de todo eso.
-Él estaba ocupado.
-Él nunca te atiende y eso es tan triste, te deja sola, jamás te pone atención, no le interesa con quién hablas o a dónde vas.
-Esta trabajando.
-Yo jamás te haría algo así, te tendría en un pedestal y lo sabes. Necesitas a alguien que te cuide, que te ame, que se ocupe de ti.
-Él me ama, a su manera, tenemos una historia juntos.
-No de la forma en que yo lo hago.
-Tú no me amas, cuando se te pase la locura por mi me dejarás al igual que a toda la mujeres con las que seguramente has andado.
-Solo tú.
-¡Por favor!
-Bueno tal vez son varias pero solo tu me haces sentir enamorado, contigo me casaré.
-Eso es imposible.
-¿Por qué?
-Porque no me voy a divorciar.
-Podría hablar con él, decirle lo que pasó entre nosotros sabes.
-¿Lo harías?
-¿Me crees capaz? Podría hacerlo.
-Si lo haces jamás me tendrás.
-No lo haré pero pudiste haberte topado con un inmaduro que te llamara a cada momento, que no le importara ser discreto, que te metiera en problemas. Apuesto a que no lo habías pensado.
-Fue solo un beso.
-Somos amantes.
-Una vez.
-Varias veces.
-Creo que esto debería terminar.
-Te quiero.
-Renuncié.
-No lo hagas por mi, pronto volveré a Verona, nuestra relación ya no estará prohibida. Tu podrás arreglar tu situacion con tu esposo, después vendrás conmigo y nos casaremos.
-No lo hice por ti.
-Claro -respondió irónico-. Tengo una hermosa casa, será tuya.
-No te amo -dije y me puse en pie, tomé mi bolsa y lo miré por última vez-. De verdad lamento todo esto.
-Hablas en serio.
-No sabía cómo decírtelo.
-¿A dónde vas?
-Te dije que renuncié, hoy fue mi último día en la empresa.
-Debe ser una broma.
-Sobrevivirás.
-¿Por qué no me dijiste nada?
-Adiós Gabriel.
Gabriel creyó que el habernos besado la noche anterior había sido razón suficiente para que yo dejara todo lo que tenía por él pero no fue así.
Amaba con locura a Evan, esa misma tarde le conté todo lo que pasó, no tenía la seguridad de lo que pasaría entre nosotros después de que lo hiciera pero no iba a seguir a su lado llevando esa mentira a cuestas.
-
Comentarios
Publicar un comentario