Joshep e Irina bajaron las escaleras entre carcajadas.
Enrique y Jamie los esperaban sentados en la sala.
-¿Durmieron bien? -dijo Jamie sarcástica –. No sé ustedes, pero nosotros nos morimos de hambre, será mejor que vayamos por comida de inmediato.
-Sí tío. No preguntaré qué hacían, pero deberían ser menos constantes -dijo bromeando.
Irina se sonrojó. Joshep la tomó de la mano y le dió un beso en la frente.
-¡Vámonos entonces!-dijo Joshep.
Los cuatro salieron de la casa y subieron al auto rumbo al centro de Bernal.
El contrastante panorama ofrecía una diversidad visual. Por un lado, el arbolado lugar donde habían pasado la noche y por el otro, la árida carretera que conducía a Bernal, un pueblo lleno de ores y variada vegetación.
Los chicos decidieron comer en el mercado donde había una variedad de platillos típicos y frutas frescas, además de que era bastante económico. Durante el desayuno acordaron comprar provisiones por separado. Después de desayunar Irina y Joshep caminaron solos por el pueblo en busca de comida y viendo las artesanías que en el pueblo vendían.
El aíre que ahí se respiraba era fresco y renovador. Mientras Joshep se distraía viendo unas pinturas, Irina aprovechó para entrar a una tienda. Al entrar, acaparó la atención del encargado, quien se apresuró a cobrar. Su mirada era pesada, llena de lujuria, lo que la hizo sentir incomoda. Quería salir corriendo, era como si una hiena acechara a su presa.
-¿Durmieron bien? -dijo Jamie sarcástica –. No sé ustedes, pero nosotros nos morimos de hambre, será mejor que vayamos por comida de inmediato.
-Sí tío. No preguntaré qué hacían, pero deberían ser menos constantes -dijo bromeando.
Irina se sonrojó. Joshep la tomó de la mano y le dió un beso en la frente.
-¡Vámonos entonces!-dijo Joshep.
Los cuatro salieron de la casa y subieron al auto rumbo al centro de Bernal.
El contrastante panorama ofrecía una diversidad visual. Por un lado, el arbolado lugar donde habían pasado la noche y por el otro, la árida carretera que conducía a Bernal, un pueblo lleno de ores y variada vegetación.
Los chicos decidieron comer en el mercado donde había una variedad de platillos típicos y frutas frescas, además de que era bastante económico. Durante el desayuno acordaron comprar provisiones por separado. Después de desayunar Irina y Joshep caminaron solos por el pueblo en busca de comida y viendo las artesanías que en el pueblo vendían.
El aíre que ahí se respiraba era fresco y renovador. Mientras Joshep se distraía viendo unas pinturas, Irina aprovechó para entrar a una tienda. Al entrar, acaparó la atención del encargado, quien se apresuró a cobrar. Su mirada era pesada, llena de lujuria, lo que la hizo sentir incomoda. Quería salir corriendo, era como si una hiena acechara a su presa.
Intentó mantener la calma y se acercó a los refrigeradores,
tomó un par de botellas de agua y al cerrar la puerta
brincó de susto tirándolas, al ver que el encargado de la
tienda estaba a su lado.
Irina no era la clase de joven que pasara desapercibida, incluso sin arreglarse era absolutamente hermosa. Se agachó a recoger apresurada las botellas y el hombre se agacho a ayudarla, por un segundo sintió que se desmayaría.
-Le dije que no me volvería a ver nunca más.
- Eso quiere decir que...- Joshep tartamudea al lanzar la pregunta.
-Eso quiere decir que decidí irme de mi casa.
Joshep palideció ante la respuesta de Irina, la sujetó del brazo.
-Será mejor que nos vayamos de aquí Irina. De pronto siento que todos nos observan y me pone nervioso.
Irina no era la clase de joven que pasara desapercibida, incluso sin arreglarse era absolutamente hermosa. Se agachó a recoger apresurada las botellas y el hombre se agacho a ayudarla, por un segundo sintió que se desmayaría.
-Sabía que te había visto en algún lado, tu rostro no es algo
que se olvide con facilidad. Irina Brooks, la joven heredera
desaparecida, sabes que te están buscando ¿verdad?, tu
padre ofrece una cuantiosa recompensa y yo estoy muy
necesitado de dinero, de no ser claro que estés dispuesta a
cooperar, eres muy hermosa cualquier hombre se volvería
loco de tenerte en su cama. Qué me darías a cambio de
mantener el secreto de tu ubicación.
-No sé de qué me habla, aléjese de mí...
-No sé de qué me habla, aléjese de mí...
-Un rostro como el tuyo no es fácil de olvidar.
El hombre señaló la televisión. Jack Brooks estaba ofreciendo una recompensa por el paradero de Irina, su fotografía estaba en todos los noticieros locales y nacionales.
Irina salió despavorida de la tienda, haciendo caso omiso a los gritos de Joshep, quien al verla correr trató de alcanzarla tomándola del brazo bruscamente para detener su paso.
-¿Irina qué sucedió ahí adentro?
-Tenemos que irnos de aquí Joshep, tengo que irme, me encontrará.
-¿Dime que sucede bonita, qué pasó, por qué estás tan nerviosa?
-Es mi padre... ese hombre de la tienda. Él sabe quién soy. Me están buscando Joshep, mi padre no va a parar hasta que me encuentre. No puedo creer que haya llegado tan lejos, anunciar mi desaparición en la televisión, él quien siempre creyó que los trapos sucios se lavan en casa. Tal vez no debí dejarle esa nota.
-¿Qué nota?- dijo Joshep intrigado.
-Antes de salir de casa le dejé una nota en su escritorio. Creí que no regresaría hasta el domingo.
-¿Qué decía la nota? ¿Qué le dijiste que lo hizo reaccionar de esa manera?
El hombre señaló la televisión. Jack Brooks estaba ofreciendo una recompensa por el paradero de Irina, su fotografía estaba en todos los noticieros locales y nacionales.
Irina salió despavorida de la tienda, haciendo caso omiso a los gritos de Joshep, quien al verla correr trató de alcanzarla tomándola del brazo bruscamente para detener su paso.
-¿Irina qué sucedió ahí adentro?
-Tenemos que irnos de aquí Joshep, tengo que irme, me encontrará.
-¿Dime que sucede bonita, qué pasó, por qué estás tan nerviosa?
-Es mi padre... ese hombre de la tienda. Él sabe quién soy. Me están buscando Joshep, mi padre no va a parar hasta que me encuentre. No puedo creer que haya llegado tan lejos, anunciar mi desaparición en la televisión, él quien siempre creyó que los trapos sucios se lavan en casa. Tal vez no debí dejarle esa nota.
-¿Qué nota?- dijo Joshep intrigado.
-Antes de salir de casa le dejé una nota en su escritorio. Creí que no regresaría hasta el domingo.
-¿Qué decía la nota? ¿Qué le dijiste que lo hizo reaccionar de esa manera?
-Le dije que no me volvería a ver nunca más.
- Eso quiere decir que...- Joshep tartamudea al lanzar la pregunta.
-Eso quiere decir que decidí irme de mi casa.
Joshep palideció ante la respuesta de Irina, la sujetó del brazo.
-Será mejor que nos vayamos de aquí Irina. De pronto siento que todos nos observan y me pone nervioso.
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