Uno de los privilegios que había conseguido Marcus tras su nombramiento como socio de Barns era que la habían obsequiado el departamento que tenía cerca de Olvera y China town.
La asombrosa vista que tenía desde ahí sólo era equiparable a la ostentosa decoración.
Nina entró y en medio de la penumbra, dejó sus cosas sobre la barra de granito y se acercó a la ventana completamente abstraída por la conversación que había tenido con Nathan.
-Comenzaba a preocuparme -dijo Marcus.
Ella dio un salto y volteó agitada.
-¡Me asustaste papá! ¿Qué haces en la oscuridad?
-No podía dormir, te estaba esperando.
-Siento no haberte avisado, se me fue el tiempo terminando unos pendientes y después Nathan -hizo una pausa.
-¿Él te trajo? -encendió la lampara que estaba a su lado y se levantó del sillón.
-Sí.
-¿Le contaste lo que pasó?
-Algo así, cuando llegué a la revista Ryan estaba hablando con él.
-¿Ryan? ¡Ese tipo sí que es un descarado, espero lo haya puesto en su lugar!
-Mañana iré al departamento por mis cosas.
-En ese caso iré contigo.
-¡No papá! no me gusta depender de nadie.
-No voy a exponerte, ese tipo es un demente y puede lastimarte.
-Nathan ya se encargó de amenazarlo.
-¿Él irá contigo?
-Tengo que hacerlo sola, si no termino de tajo con esto Ryan no me dejará en paz.Además parece que ya no esta tan molesto por lo que pasó, me pareció bastante accesible.
-Siempre creí que ese tipo era un dos caras. Si decides ir sola por favor ten mucho cuidado, no confíes en él.
-Descuida, no lo haré -sonrió.
-En ese caso me iré a dormir, por cierto mañana tengo que ir a Long beach, firmaremos un contrato para la construcción de unos nuevos departamentos.Trataré de regresar pero te aviso si no puedo.
-Descansa.
-Sabes -añadió reiniciando la conversación- Nathan es un buen muchacho, podría jurar que aún te quiere -dijo cómplice.
-Somos amigos y es mi jefe -respondió con indiferencia.
-Entonces renuncia, ¿qué hay del ofrecimiento del New York post?
-Aún no lo he decidido, ni siquiera Nathan lo sabe además eso implicaría mudarme a Nueva York y no quiero hacerlo por ahora.
-Sabes que apoyo tus decisiones ¿cierto?
-Sí, valoro que lo hagas.
-Claro -dijo y le dio un beso en la mejilla.
Nina apagó la luz de la sala y se dirigió a su habitación, se recostó intentando dormir,pensó en Alexander y en Nathan. Dió varias vueltas en su cama y frustrada al no conciliar el sueño tomó un libro, se levantó y se dirigió al roof garden, observó la ciudad por un par de minutos hasta que decidió salir del edificio.
Caminó entre las solitarias calles bajo la luz de la luna y de los autos que pasaban hasta llegar a un restaurante en China town.
Pidió un té, se quitó su abrigo colocándolo sobre el respaldo de la silla y empezó a leer, quería despejar su mente.Alguien se acercó con un plato de galletas y lo colocó sobre la mesa.
-Gracias -respondió sin voltear.
-¿Tampoco te acostumbras al cambio de horario?
-¡Alex! -dijo sorprendida al reconocer la voz- ¿Qué haces aquí?
-No podía dormir, tenía hambre y este lugar cierra a las 3 ¿me puedo sentar?
-Si quieres -respondió cortante, cerró su libro y le dio un trago a su té.
-¿Qué lees? -preguntó mientras ella le mostraba la portada- ¿Arquitectura moderna?
-Era el único libro que no tenía planos, es de mi papá.Me estoy quedando con él en lo que resuelvo mi situación con -guardó silencio al percatarse que había hablado demasiado y bajó la mirada.
-Lo sé, con Ryan -respondió molesto.
-Tengo que sacar mis cosas de su departamento, iré mañana mismo.
-Claro -respondió en un tono seco.
-Bien,creo que será mejor que me vaya, se hace tarde y cubriré un evento.
-¡Espera! -dijo sujetándola del brazo- ¿Podemos hablar? Por favor -suplicó.
-Siento los mal entendidos.En verdad no quería que termináramos así y yo...
-Perdóname Nina -interrumpió-, me comporté como un estúpido patán y lo reconozco.Es que no quería empeorar las cosas entre nosotros, creí que un tiempo fuera funcionaría pero me di cuenta que te extrañaba demasiado.Te llamé en cuanto llegué a Los Ángeles, supuse que aún seguías en molesta cuando no contestaste así que decidí esperar a que me llamaras.
-Tuve una serie de inconvenientes con mi familia.No tenía mi teléfono conmigo -dijo evitando dar más explicaciones- y ¿cómo esta tu abuelo?
-Bien, a decir verdad lo dieron de alta hace unos dias. Quiere cederme su poder en la compañía.
-¡Vaya! Eso es una gran responsabilidad.
-Lo sé.
-¿Aceptaste?
-No tengo otra opción,soy el único que apoya las decisiones de mi abuelo y si no lo hago mi padre fraccionará la siderurgía pasando por encima de sus deseos.
-Eso significa que no volverás a Praga.
-De cualquier forma no iba a hacerlo, quiero quedarme a tu lado. No volveré a tomar una decisión que involucre perderte.Escucha sé que estas molesta conmigo, lo entiendo, decidí alejarme porque no quería complicar las cosas pero estos días que pasaron sin tener noticias tuyas, sin verte, me hicieron darme cuenta que no puedo vivir sin tí.
-¡No puede ser que tuviera razón! -susurró riéndose de la precisión en las palabras de Will.
-¿Quién? -preguntó extrañado.
-Will, cuando regresé por mis cosas al hotel me topé con él.
-Así que tú le dijiste en dónde encontrar a Eve.
-Lo siento, parecía muy interesado en dar con su paradero y no quería que alguien más fuera tan miserable como yo en ese momento.
-Entonces te debo más que una disculpa.
-¿Qué quieres decir?
-Resulta que es el padre de Carly, él y mi hermana se reconciliaron. Se casarán en un par de semanas en una ceremonia privada.
-¡Vaya! Me da gusto por ellos -sonrió y lo miró a los ojos.
-Mi padre esta ofuscado, cree innecesario hacer una fiesta dado que ya tienen a Carly pero mi abuelo insistió, esta muy feliz con nuestro regreso.
-¿Qué pasará con lo que tenías en Praga?
-Para mí sólo existes tú -dijo y guardó silencio.
Alexander colocó una pequeña caja sobre la mesa y se la dio a Nina.Ella la miró extrañada.
La abrió y se sorprendió al ver el contenido, no era algo que esperara recibir, le pareció un tierno detalle de su parte aunque al principio no entendió el significado del anillo que le había dado.
Se trataba de una pequeña rana, su panza estaba hecha de cuarzo rosa y su cabeza y extremidades estaban rodeadas de diamantes.
Ella guardó silencio mientras pensaba qué decirle, se lo puso en el dedo y lo miró.
-¿Y bien, qué te parece princesa sapo? -susurró- ¿me das otra oportunidad?
Nina sintió el calor de sus mejillas sonrojándose al recordar la manera en que lo había conocido.Lo miró tímida y sonrió.
-¿No vas a olvidar eso?
-No, te lo recordaré siempre -sonrió-. Ahora, dime lo que quiero escuchar.
-Quiero estar contigo, te amo, te amo como jamás imaginé amar a alguien.
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