Derek salía de su oficina al momento que recibió la llamada de Jennifer, más que su abogado era su amigo.
Se detuvo frente a su mercedes y dejó su portafolio en el suelo.
-Loyd -respondió cortante.
-Hola soy...
-Jennifer -interrumpió antes de que ella pudiera identificarse.
-¡Cielos! Debo molestarte demasiado, ya reconoces mi voz -dijo apenada.
-No, tengo registrado tu número -contestó apresurado- sé que hoy es la presentación de tu libro, creéme que haré lo posible por llegar a tiempo.En caso de que eso no suceda quiero que sepas que estoy muy orgulloso de tus logros, eres una mujer extraordinaria en todos los sentidos.
-Gracias -musitó con tristeza.
-Perdona no debí interrumpirte, dime qué es lo que pasa, te noto extraña.
-De verdad lamento molestarte, sabes que no lo haría si no tuviera algún problema.
-Nunca me molestan tus conversaciones pero ¿ en qué te puedo ayudar?
-Necesito que comiences con los tramites de mi divorcio lo antes posible.No quiero continuar ni un minuto más con esta farsa, sólo te pido que seas discreto.Como bien sabes mi suegro acaba de salir del hospital y cualquier impresión podría deteriorar su salud.
Loyd enmudeció, estaba sorprendido, se recargó sobre su auto pensativo, no podía dar crédito a lo que acababa de escuchar.
-¿Derek, estas ahí?
-Lo siento, es que la noticia me tomó por sorpresa, es decir no es que no lo esperara, ya antes lo habías insinuado pero...
-Demoré bastante en decidirme ¿cierto?
-No es que, no creí que en verdad llegaría ese momento.Si me permites decirlo con todo respeto creo que él no te merece, eres demasiado buena para alguien como tan inmaduro como Kenneth.
-Agradezco tus palabras pero no te llamé para que me hicieras sentir mejor, lo hice porque te tengo absoluta confianza y se que no dejarás que los abogados de Kenneth influyan en ti.
-Descuida, eso no pasará.Soy incorruptible.
Evangeline tomó el teléfono y al intentar marcar escuchó la voz de su madre.
-Lo sé, no podría confiarle mi vida a nadie más que a ti.En verdad te has ganado un lugar en mi corazón.
-Y es totalmente correspondido -hizo una pausa- ¿Hay algo que pueda hacer para que no te sientas tan mal?
-Invitarme un trago -bromeó.
-¿Él sabe que yo...?
-¡Jennifer! -gritó el señor West.
-¡Espera un minuto! -dejó el teléfono sobre el escritorio y se dirigió a la puerta.
Tomó una profunda bocanada de aire y abrió respondiéndole a su suegro. Evangeline se apresuró a colgar, estaba devastada.
-¡En seguida voy! -volvió a cerrar y continuó con su llamada telefónica-. Perdóname ¿en qué estábamos?
-Te preguntaba si Kenneth sabe que yo llevaré el trámite de tu divorcio.
-Lo debe suponer, eres mi abogado.Escucha tengo que irme, ¿te parece si seguimos en la cena?
-Jenny,sabes que nunca he sido curioso respecto al porqué de tus decisiones pero un divorcio puede agilizarse o demorarse dependiendo de los motivos en especial si hay una contra demanda.
-No creo que la haya, Kenneth pareció complacido con mi decisión -dijo fingiendo indiferencia-. Dudo mucho que quiera retrasarlo, cada segundo que pasa a mi lado es uno menos para su novia.
-¡Cielos! ¿Lo comprobaste ya?
-Sólo te puedo decir que me ha defraudado por completo.Mi marido, el hombre recto que varios admiran y adulan me engaña con una mujer que a juzgar por su voz, parece varios años más joven que él y es lógico ¿no? -dijo riéndose de su desgracia-.Es decir quién andaría con alguien mayor.
-No deberías lastimarte con esos comentarios.Eres una mujer muy hermosa, cualquier hombre en sus cabales mataría por estar a tu lado.
-Gracias, me levantas el ánimo.En fin -lanzó un suspiro- tengo que irme, me esperan y ya me demoré demasiado.
Jennifer colgó, y salió del estudio, en la puerta se encontraba Kenneth quien la miró insistente pero ella pasó de largo.
Evangeline salió de su habitación y vio la indiferencia con la que su madre actuó, se recargó en la pared, no podía creer que ella fuera capaz de traicionar la confianza de su padre.
Minutos después salió de la casa, aún tenía que ir por Carly al hotel.
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