Shanon dio un par de saltos sobre el hielo y justo antes de tocar el suelo alzó los brazos, sintió la libertad en su cuerpo.
Tenía la cara tiesa, apenas pudo sonreír cuando Malagan se acercó a ella y extendió su mano para ayudarla a ponerse en pie.
Ella se puso en pie y lo miró de manera prepotente, no esperaba que fuera él quien se acercara a ayudarla.
-¿Qué haces aquí?
-Pensé que necesitabas mi ayuda.
-Pues te equivocaste, disfruto mucho estando sola. Si necesitara de alguien no serías tú.
-¿Entonces quién?, tus intentos por llamar la atención de Leon han sido inútiles.
-Lo dices tu.
-Solo digo lo que veo.
-Pues ahorra tus comentarios, a nadie le interesa saber tu opinión.
-¿Por qué eres así conmigo?, acaso me perdonarás en algún momento o vas a vivir siempre con rencor por lo que pasó entre nosotros.
-No lo sé, en estos momentos no tengo cabeza para perdonarte, tan solo pensar en ello me llena de rabia.
-Eres chistosa, recuerda que gran parte de lo que pasó no fue solo mi culpa.
-Eres un cínico, tu me besaste y luego te fuiste con otra.
-No quería compromisos ni contigo ni con nadie, estaba a punto de irme a Londres, solo quería pasarla bien.
-Sí, pasarla bien con quien fuera -reprochó-, no te importaba lo que pudiera o no haber sentido cuando te vi llegar con esa hermosa mujer.
-Y de eso ya pasaron muchos años, no le encuentro el sentido a tus reproches. Ambos crecimos, ni siquiera recuerdo con quién fui a la graduación.
-Tienes razón, con no verte me basta.
Malagan sostuvo el brazo de Shanon, se mordió el labio y prosiguió.
-Era un niño inmaduro, las cosas han cambiado.
-Creí que eras tu quien no quería vivir en el pasado.
-Es que estos días me he dado cuenta de que me gustas mucho y...
-Y qué, ¿quieres besuquearme nuevamente?, estás loco si crees que pasará algo entre nosotros. También yo cambié y no soy la misma niña tonta a la que besaste antes de irte. Entre nosotros no puede haber nada.
Shanon se jaló y caminó lo más rápido que pudo. Malagan se sentó sobre la nieve y lanzó un suspiro, estaba decidido a conquistarla pasara lo que pasara.
Shanon solía ser aquella niña soñadora llena de imaginación y alegría, entonces conoció a Malagan, el mejor amigo de su hermano. Él era el típico sueño adolescente. A ella le fascinaba sentarse en la escalera y escuchar las conversaciones que tenía con su hermano mientras jugaban con el play Station en la sala.
Cuando ella cumplió 16 años Malagan tuvo la osadía de robarle un beso y entonces se ilusionó con él. Pronto descubrió que aquel beso solo representaba uno más de tantos y su corazón se rompió en mil pedazos cuando la noche de su graduación, Malagan apareció del brazo de otra chica.
Jamás volvería a doblegarse ante él, nunca le mostraría afecto, lo único que podía profesarle era odio, desinterés.
Alzó el cuello y medio giró el cuello, apenas si lo atisbó.
-No me busques más -dijo llena de frialdad.
Sus palabras solo incrementaron el interés de Malagan, ella era fascinante y todo un reto.
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